Economía

El BCE aprueba una subida de los tipos de interés de 0,75 puntos, la mayor de su historia

La institución que lidera Christine Lagarde aboga por la vía más dura para intentar atajar una inflación cada vez más enquistada

El Banco Central Europeo ha desvelado este jueves la incógnita más esperada por los mercados: los tipos de interés subirán 0,75 puntos. Con este movimiento drástico, la institución que lidera Christine Lagarde intenta poner en freno de una vez a una inflación totalmente desbocada y cada vez más enquistada en las arterias de la economía europea. Se trata del incremento más brusco que ha aplicado el BCE desde su nacimiento, hace más de dos décadas. El precio del dinero en la Eurozona queda establecido así en el 1,25%, tras sumar dos subidas en apenas dos meses.

"Este importante paso anticipa la transición desde el nivel muy acomodaticio de los tipos de interés oficiales vigente hacia niveles que asegurarán el retorno oportuno de la inflación al objetivo del 2% a medio plazo del BCE", arranca el comunicado oficial difundido en Fráncfort.

La subida anunciada este jueves es la segunda pero no la última. Por si había dudas, lo aclara el propio BCE: "El Consejo de Gobierno ha adoptado la decisión de hoy, y espera volver a subir los tipos de interés, porque la inflación sigue siendo excesivamente elevada y es probable que se mantenga por encima del objetivo durante un período prolongado".

La institución justifica la medida por la necesidad urgente de poner freno, de una vez, a la crisis de precios. "Las presiones sobre los precios han seguido intensificándose y extendiéndose al conjunto de la economía, y la inflación podría continuar aumentando en el corto plazo", señala.

La vía más drástica

El Consejo de Gobierno, liderado por Lagarde y el español Luis de Guindos, tenía dos opciones. La primera, apostar por una subida drástica de 0,75 puntos, con el fin de poner un dique mucho más elevado frente a la escalada de los precios (9,1% en la Eurozona al cierre de agosto). La segunda, limitar el aumento de los tipos a 0,50 puntos, dada la debilidad del crecimiento económico, con potencias europeas como la alemana asomándose la recesión.

¿Hasta cuándo seguirá el BCE encareciendo el precio del dinero? Es una incógnita, también, para los analistas de la institución. No obstante, Lagarde y su equipo confían en que el fuerte endurecimiento de la política monetaria acabe dando resultado. "A medida que los actuales determinantes de la inflación vayan desapareciendo con el tiempo y que la normalización de la política monetaria se transmita a la economía y a la fijación de precios, la inflación descenderá", señala el comunicado oficial. "De cara al futuro, los expertos del BCE han revisado significativamente al alza sus proyecciones de inflación y ahora esperan que se sitúe, en promedio, en el 8,1 % en 2022, el 5,5 % en 2023 y el 2,3 % en 2024".

La preocupación en la sede de Fráncfort crece en vista de un contexto diabólico. La inflación no cede en la Eurozona, ni lo hará con contundencia mientras esté latente la amenaza rusa de cerrar totalmente el grifo del gas. Paralelamente, la escalada de precios está haciendo mella en el consumo de los hogares y la inversión empresarial, restando fuelle al avance del PIB. La política monetaria, por tanto, actúa como arma de doble filo. Es decir, las medidas demasiado drásticas pueden ser positivas frente a la inflación pero negativas de cara a la recuperación económica.

De hecho, el propio BCE ha reconocido este jueves que la economía sufriría un estancamiento según avance el año. "Tras experimentar un rebote en el primer semestre de 2022, los últimos datos apuntan a una desaceleración sustancial del crecimiento de la zona del euro, y se espera un estancamiento de la economía durante los últimos meses del año y en el primer trimestre de 2023". El organismo recuerda que "los precios muy elevados de la energía están reduciendo el poder adquisitivo de la renta de los ciudadanos y, aunque los cuellos de botella están relajándose, siguen limitando la actividad económica". Los expertos esperan ahora que el crecimiento sea del 3,1 % en 2022, el 0,9 % 2023 y el 1,9 % en 2024.

Inversión en deuda soberana

La cúpula del BCE es consciente del panorama, de ahí que esté desplegando, junto a las subidas de los tipos, otros instrumentos de ayuda. El más novedoso es un nuevo mecanismo de compra de deuda más restrictivo que los vigentes durante la pandemia y vinculado al cumplimiento de determinadas condiciones.

"Las vulnerabilidades persistentes causadas por la pandemia siguen representando un riesgo para la transmisión fluida de la política monetaria", señala la institución. "Por tanto, el Consejo de Gobierno seguirá reinvirtiendo con flexibilidad el principal de los valores de la cartera de compras de emergencia frente a la pandemia que vayan venciendo, con el objetivo de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión relacionados con la pandemia".

El BCE está aprovechando el margen que le otorgan los antiguos programas de adquisición de activos para contener las primas de riesgo. Desde el 1 de junio al 31 de julio, colocó 5.914 millones de euros en bonos españoles. Lo hizo reinvirtiendo la deuda adquirida en su día con el Programa de Compras de Emergencia frente a la Pandemia (PEPP, según sus siglas en inglés), constituido en marzo de 2020 para afrontar la crisis de la Covid. En el mismo periodo, utilizó otro vehículo (el Public Sector Purchase Programme) para reinvertir otros 1.727 millones de euros en deuda española. Además de España, se beneficiaron de estos movimientos los Tesoros de Italia y Grecia. Es decir, los países más vulnerables frente a la amenaza de una nueva crisis de deuda soberana.

"El Consejo de Gobierno está preparado para ajustar todos sus instrumentos en el marco de su mandato para asegurar que la inflación se estabilice en su objetivo del 2% a medio plazo", concluye el comunicado del BCE. 

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