Belén Romana, eterna candidata a puestos de relumbrón por parte del ministro de Economía, Luis de Guindos, realiza estas declaraciones en una entrevista al jefe internacional de análisis de BNP Paribas-Exane, David Finch, quien ha realizado un amplio informe sobre España, publicado el pasado día 12, fruto de sus encuentros personales con, además de ella, Álvaro Nadal, jefe de la Oficina Económica de Moncloa, Fernando Casado, director del Consejo Empresarial para la Competitividad, así como con miembros de la empresa española (Jazztel, Bankinter) o los sindicatos. El documento se llama ‘Spain - The politics of hope’.
Romana, (propuesta por Guindos para presidir el fondo de rescate europeo el Banco de España o la CNMV) es secretaria general del Círculo de Empresarios, consejera de Banesto y Acerinox, así como ex directora general del Tesoro. La experta señala que “creo que una gran parte de las principales compañías españolas serán adquiridas por extranjeros en los próximos dos años. Esto nos parecerá un drama nacional, pero en realidad será muy positivo para España y su economía”.
Por ejemplo, "veremos el final de las trabas al sistema financiero antes de lo que la gente piensa". Algo que será bueno para el crecimiento económico, aunque tenga que ser "a costa de un rápido proceso de consolidación, cierres de oficinas y reducción de personal" de las entidades bancarias.
Sobre las reformas abordadas por el Gobierno, se muestra crítica, ya que en primer lugar "deberían haber priorizado el recorte de gastos, antes que buscar la subida de ingresos". Es consciente de las urgencias del Ejecutivo, pero cree que se tendría que haber empezado por los presupuestos de sanidad y la educación, tal como se ha hecho ahora.
¡Vete de España!
Preguntada por el consejo que le daría a los recién licenciados españoles, no lo duda: “¡Vete del país! Sal fuera y encuentra un empleo. Hay mucha demanda para licenciados en Asia, Oriente Medio y Latinoamérica. La gente que salga ganará en know-how, aprenderá idiomas y muchos podrán volver cuando las cosas mejoren”. No en vano, considera que “más desempleo es inevitable; es el coste de reconstruir el mercado laboral con unos cimientos más sólidos”.
Romana subraya la crisis identitaria que sufre España, aunque opina que la solución es “más autonomía regional”. La ex jefa del Tesoro explica que los presupuestos regionales se elaboran en base a los ingresos del pasado año con la inflación actualizada. El estado recauda y cede unos importes, pero los presupuestos autonómicos se establecen con previsiones que no han contemplado la recesión, por lo que no han ajustado gasto y han multiplicado el déficit. “Hace falta un sistema que otorgue la responsabilidad de la recaudación y el gasto en la misma institución”.
Economía sumergida imparable
Pero también merece mucho la pena analizar la entrevista con Álvaro Nadal. Finch se reunió con Nadal (diputado por Albacete, además; abogado y economista por Icade con ph. D. en Harvard) quien, además hablar sobre muchos otros asuntos, afirma que la actividad sumergida “es un gran problema que crece a medida que la economía retrocede; cada vez hay más gente trabajando en empleos informales y sin papeles y cada vez hay más pequeños negocios que encuentran la manera de eludir el pago de impuestos con las nóminas y el IVA”.
Los ingresos del estado, de esta manera, “han caído mucho más de lo que cabría esperar”, debido a la crisis, pero también a que esto “es un problema cultural”. Así, el Gobierno intenta con todas sus fuerzas luchar contra este fraude: “desde que hemos tomado las riendas, la detección del fraude de empresas y contribuyentes particulares ha aumentado un 25%. Hemos congelado la contratación de empleados públicos, excepto inspectores de Trabajo y Hacienda”.
BNP destaca que conforme Funcas, la economía sumergida supone el 17,5% del PIB, aunque la UE eleva este porcentaje hasta el 22%. E ilustra estos datos con alguna pintoresca anécdota: conforme el sindicato de Inspectores de Hacienda (Gestha), en 2005 el Estado realizó 3.500 inspecciones a promotores, constructores y compañías relacionadas con la industria inmobiliaria. “Se detectó fraude en el 100% de los casos”.
También recoge que hay más de cuatro millones de empleos sin declarar, lo que significaría que el año pasado, la tasa real de desempleo ¡sería del 5%, no del 22%!. Tampoco pasaban por alto que desde 2003, España ha multiplicado a un ritmo anual del 400% el número de billetes de 500 euros, “mientras tiene una de las cifras más bajas de recaudación de la UE”. Conforme ilustra gráficamente, esta variable está en la cota menor de, al menos, los últimos 20 años, tal como alertó Vozpópuli.
Billetes... o impuestos
Fernando Casado, representante de las principales empresas, a través del Consejo Empresarial para la Competitividad, va más allá. Aparte de insistir en que el Ejecutivo debe solicitar el rescate cuanto antes, afirma, sin titubear que “el Gobierno debe trabajar con los bancos para transformar España en una sociedad cashless”, en la que se suprima el pago en efectivo salvo en cantidades ínfimas. Mientras eso no llegue, “veo una subida estructural de impuestos en el país en los próximos 5-10 años, hasta que llegue ese modelo de sociedad”.
Sólo con esa desaparición del dinero en efectivo se podría paliar la caída de la recaudación en España, que sufren los asalariados con un endurecimiento fiscal sin precedentes en los últimos años. Como suele ocurrir, las clases medias son ese colchón que lo amortigua todo. Ojo, Casado no sólo señala a las pequeñas compañías como responsables del fraude: “hay muchos servicios profesionales que ofrecen la posibilidad de pagarles en efectivo”.
Y apunta una reflexión más que interesante: “España debe crecer como una nación con más sentido ético y remplazar la eterna reivindicación de derechos por la de sacrificio. No estoy diciendo que no haya trabajadores duros sino que nuestro país necesita alcanzar unos valores determinados”. En su opinión, es preciso que la sociedad cambie la idea de que “el Estado está para suministrarme todo lo que me haga falta y del que debo obtener todo lo que pueda”, lo cual lleva “a un abuso de la protección social”, a “el Estado es algo de lo que todos somos parte”. Y, por tanto, deberemos preocuparnos de él.
En definitiva, BNP termina con que España está sufriendo dos crisis paralelas: la económica, debida al sobre endeudamiento, y la identitaria, cuya causa principal es esa crisis económica. Sin embargo, afirma que “España tiene potencial para recuperarse. Hay mucha inversión doméstica que necesita ser abordada. La fuerza laboral es competitiva y lo será aun más. Tiene muchas empresas exportadoras”. Incluso las pequeñas ya están en ello y si no lo han hecho antes ha sido por insostenible coste de la financiación.
Y, sobre todo, España no debe abandonar el euro”. La historia demuestra que “España necesita más Europa, no menos”.
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