Nadie se pone de acuerdo sobre el origen del Black Friday, ese concepto que asociamos con el comienzo de las compras compulsivas de Navidad y que empiezan en Estados Unidos tras el Día de Acción de Gracias, a finales del mes de noviembre. De su importancia da idea el hecho de que el mismísimo presidente estadounidense en la década de los años treinta del siglo pasado, Franklin Delano Roosevelt, llegó a aceptar la sugerencia del propietario de uno de los principales grandes almacenes del país y aprobó el adelanto en una semana de esta festividad nacional para que los comerciantes tuvieran más tiempo de animar el consumo en un país que no salía de la depresión.
En función de la fuente que se consulte, el término Black Friday hace referencia a unas rebajas del precio de los esclavos en algunos estados del sur de los Estados Unidos de cara a la temporada de invierno; al desplome del precio del oro tras unas turbias maniobras de unos brókers en el año 1869; al cambio de signo de los balances de los comercios de número rojos (pérdidas) a números negros (beneficios) a partir del comienzo del periodo de rebajas…
En España su historia es más reciente y aquí la mayoría de las fuentes coinciden: el uso del término Black Friday asociado a las rebajas lo trajo a nuestro país la cadena alemana MediaMarkt, en 2012, y no despertó el entusiasmo que sus mentores esperaban. Tuvieron que apoyar la idea El Corte Inglés y Amazon un año después para que, en 2015, más de dos millones de personas realizasen sus compras en esa época del año que en España no se celebra nada.
Lo cierto es que, como casi todas las costumbres que provienen del otro lado del Atlántico, el Black Friday, como Halloween, ha calado entre los consumidores españoles y forma parte del calendario de compras, en el mismo nivel que las rebajas de verano o las de enero.
De su importancia en el comercio hablan los últimos datos publicados por el Banco de España en relación con el Black Friday del pasado año. El saldo vivo de las tarjetas de crédito a finales del mes de noviembre de 2023, es decir, lo que deben los ciudadanos, ascendió a 12.013 millones de euros, el nivel más alto en los últimos cuatro años. Habría que remontarse a diciembre de 2019 para encontrar una deuda superior.
El uso del término Black Friday asociado a las rebajas lo trajo a nuestro país la cadena alemana MediaMarkt en 2012 y no despertó el entusiasmo que sus mentores esperaban
Comparando el saldo entre los meses de noviembre de 2023 y noviembre de 2022 se observa un aumento 551 millones de euros, lo que supone un crecimiento interanual del 4,80%. Si la comparación se realiza con el dato de noviembre de 2021, el incremento se multiplica hasta el 19,92%, después de que el saldo vivo haya crecido en cerca de 2.000 millones de euros.
Otro de los datos que pueden dar una idea de cómo las familias han recurrido al uso de la tarjeta de crédito y directamente a los créditos al consumo para realizar las compras del Black Friday y adelantar las primeras compras de Navidad es la apelación al endeudamiento bancario ante la falta de liquidez.
Según las estadísticas del Banco de España, las nuevas operaciones de créditos al consumo firmadas por los hogares con las entidades financieras ascendieron en el mes de noviembre a 3.306 millones, la cifra mensual más elevada de todo 2023. Son 453 millones más que en el mes de octubre y 266 millones por encima de la cifra solicitada en el mismo mes de 2022, lo que representa un incremento del 8,75%. Habría que remontarse otra vez al mes de noviembre de 2019 para encontrar una cifra de nuevas operaciones de crédito al consumo más elevada.
Gasto por persona
El consenso de las diferentes encuestas encargadas por los medios de comunicación situó la previsión de gasto por persona en los cuatro días de la campaña (los que van del Black Friday al Cibermonday) entre los 250 y 280 euros, gracias a las especiales condiciones de descuentos que fijaron los comercios.
No solo los comercios pusieron de su parte para que la campaña fuera un éxito. Las entidades bancarias han ofrecido condiciones especiales de financiación para atraer el interés de las familias por los créditos al consumo. Así, el tipo de interés medio TAE de un crédito al consumo fue en noviembre del 8,46%, cuando la mayor parte del año 2023 el coste no había bajado (salvo en contadas excepciones) del 9%, con un pico máximo del 9,5% en el mes de agosto.
Los créditos al consumo siguen mostrando una fortaleza extraordinario. Según el Banco de España, el saldo vivo (la cantidad que los bancos tienen pendiente de cobro con los hogares) se situó a finales de noviembre del año pasado en 188.598 millones de euros, cerca de 11.000 millones de euros más que en el mes anterior y en el mismo nivel que se encontraba al finalizar la campaña del Black Friday en 2022.
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