Los malos augurios regresan a los parqués europeos este lunes. La segunda oleada de la pandemia está obligando a los gobiernos europeos a poner en marcha nuevas restricciones para frenar los contagios y la Bolsa no ha tardado en reaccionar. Alemania sufrió la semana pasada un repunte de las infecciones y las autoridades sanitarias francesas han notificado este lunes casi 50.000 nuevo casos de coronavirus. España ha vuelto a decretar el estado de alarma y ha limitado la movilidad nocturna. Italia, que mantuvo a raya al virus en verano, ha decretado el cierre de la hostelería desde las 18 horas. Irlanda y Gales incluso han vuelto a un segundo confinamiento domiciliario.
Ante este panorama, los inversores temen que se produzca un parón de la actividad económica similar al de primavera. Y, ante la incertidumbre, las Bolsas europeas se vuelven a teñir de rojo y ejemplifican los complicados meses que vienen por delante. El DAX alemán, uno de los índices más potentes del continente, ha cerrado con una caída del 3,71%.
El parqué de Fráncfort también ha sufrido pérdidas y se ha dejado un 3,68% en la sesión. Otra de las plazas más perjudicadas en este inicio de semana ha sido la de París, que ha experimentado un retroceso de un 1,91%. Milán y Londres, aunque también han experimentado caídas, han cerrado con pérdidas del 1,8% y 1,17%, respectivamente. El parqué madrileño ha comenzado la semana con un ligero retroceso de 1,4%, a pesar de que el Gobierno ha señalado su intención de prolongar el estado de alarma durante seis meses.
"El aumento de casos de coronavirus en España, Francia, Rusia, Estados Unidos y China hace que el virus vuelva a ser la principal preocupación de todos los inversores", explica este lunes el economista Sergio Ávila en un análisis para inversores publicado en la web de la consultora IG.
El barril vuelve a los 40 dólares
Los precios del petróleo tampoco han iniciado la semana con números favorables. Las restricciones de la movilidad son siempre una mala noticia para las empresas de petroleras, ya que una de sus principales actividades es proporcionar combustible. Los nuevos confinamientos y la paralización del turismo indican un freno para la demanda de crudo. El incremento de la producción de Libia, que augura una salida al conflicto en el país, supone un aumento de la oferta en un momento en el que el petróleo vuelve a dejar de consumirse.
Las caídas del precio son pequeñas, en torno al 3%, y todavía distan mucho del desplome que se produjo en abril. El barril de Brent, de referencia para Europa y Oriente Medio, ha bajado hasta los 40 dólares y el West Texas, de referencia para Estados Unidos, ha bajado por debajo de la barrera psicológica de los 40 dólares este lunes y cotiza en 38 dólares en este momento.
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