La ola de inmigración que vive España, con la llegada de cerca de medio millón de personas al año, está teniendo un impacto en el empleo más fuerte incluso que durante la expansión inmobiliaria. Entre los años 2000 y 2008, los ocupados de nacionalidad extranjera aumentaban en 329.000 personas al año de media. En los últimos cuatro años (2021-2024), lo hacen en 386.000 de media, un 18% más.
Tal y como reflejan Fedea y BBVA Research en el último Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo, publicado este jueves, España tiene ya 4,3 millones de ocupados extranjeros (incluyendo aquellos con doble nacionalidad). Son un 10% más que hace un año, cuando la cifra se situaba ligeramente por debajo de los cuatro millones. Los españoles aumentan a un ritmo significativamente inferior, un 0,3% anual.
Prácticamente toda la mano de obra que se ha ganado en el último año, ya sea asalariada o autónoma, tiene nacionalidad extranjera. En concreto, de los 426.000 nuevos trabajadores, 228.000 tienen nacionalidad extranjera, 154.000 tienen la doble (española y extranjera) y sólo 44.000 tienen únicamente la española. Con los crecimientos experimentados, los extranjeros representan ya un 20% de todos los trabajadores en España.
En este sentido, Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea, advierte de que "si queremos crecer en empleo, necesitamos inmigrantes". Tras la aportación de la incorporación femenina al mercado de trabajo y ante la falta de jóvenes que sumen fuerza laboral, éstos son el combustible del empleo en España. Sin ellos, habría avanzado de manera mucho más moderada en los últimos años.
Sin embargo, los inmigrantes siguen ocupando puestos generalmente menos cualificados y con peores condiciones que los nacionales. La mitad de los 4,2 millones de ocupados con nacionalidad extranjera se agrupa en quince ocupaciones, siendo los empleados domésticos, camareros asalariados y personal de limpieza las ocupaciones con mayor peso. Representan un 18% del empleo de este colectivo, según Fedea y BBVA Research.
"A pesar de esta concentración en empleos poco cualificados, el nuevo proceso de incorporación de inmigrantes al mercado de trabajo se está produciendo con menores tasas de segregación ocupacional que las registradas antes de la Gran Recesión. Este hecho se debe a que se está produciendo un aumento de la participación de los inmigrantes en prácticamente todas las ocupaciones", apuntan.
¿Freno en el empleo?
Pese a que el empleo sigue creciendo gracias a la inmigración, está enviando señales de ralentización. Los datos de afiliación a la Seguridad Social corregidos de variaciones estacionales y efecto calendario (CVEC) por los servicios de estudios indican que el aumento del empleo pasará de crecer un 0,8% en el segundo trimestre al 0,3% en el tercero. En todo caso, son niveles similares a los del año pasado.
A falta de conocer los datos del último trimestre, para el que se necesita la información de septiembre, la población de nacionalidad extranjera representó dos terceras partes del crecimiento de la ocupación en el segundo trimestre. La de nacionalidad española mayor de 44 años explicó el resto. Sin embargo, el número de trabajadores de nacionalidad española entre 25 y 44 años cayó por cuarto trimestre consecutivo.
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