El presidente de Endesa, Borja Prado, pondrá punto y final a su etapa en la compañía eléctrica el próximo mes de abril, cuando vence su actual mandato como consejero. Enel, accionista mayoritario de la empresa española (con una participación del 70%), ha decidido no proponer su renovación como miembro del órgano ejecutivo de Endesa, con lo que pondrá fin a doce años de consejero y diez como presidente, según han adelantado El Confidencial y eldiario.es a última hora de este lunes.
En los últimos meses se habían acrecentado las dudas sobre la continuidad de Prado como presidente de Endesa, en la que poco a poco había ido perdiendo funciones ejecutivas en favor del consejero delegado, José Bogas, que probablemente asumirá todo el poder a partir de la salida del presidente.
El enfriamiento de las relaciones entre Prado y Francesco Starace, consejero delegado de Enel y también miembro del consejo de administración de Endesa, había contribuido también a extender los rumores sobre un posible relevo en la presidencia de la eléctrica, en un momento relevante para el sector en España por cuanto el Gobierno empieza a poner las bases sobre el proceso de transición energética.
Fuentes de Endesa dijeron no poder confirmar la información publicada a última hora del lunes.
Aterrizaje tras la compra por Enel
Prado accedió a la presidencia de Endesa cuando la mayoría del capital de la eléctrica fue adquiridad por Enel, tras una polémica operación auspiciada por el Gobierno español, presidido entonces por José Luis Rodríguez Zapatero. Por entonces, Prado, con excelentes conexiones en Italia merced a su papel como hombre fuerte en España de la entidad financiera transalpina Mediobanca, gozó de la confianza de Enel y de su por entonces consejero delegado, Fulvio Conti.
Como empresa pública en Italia, los cambios de Gobierno en el país repercutieron en Enel y terminaron por apartar a Conti, que fue sustituido por Starace. En esta etapa, Bogas sustituyó a Andrea Brentan como consejero delegado de Endesa, un movimiento que fue interpretado como un gesto por parte de Enel con vistas a dar mayor presencia española a la gestión de la compañía.
Conforme a lo establecido en el informe de retribuciones de Endesa, Prado podría percibir una indemnización próxima a los 13 millones de euros por dejar la presidencia de la compañía.
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