España será el país con más paro de la Unión Europea al menos hasta 2025. Así lo cree la Comisión Europea, que ha publicado sus proyecciones económicas, de momento, para los dos próximos años. Tras superar a Grecia en 2021, nuestro país lleva tres años siendo el Estado miembro con mayor tasa de desempleo.
En 2022 la tasa de paro en España se situó en el 12,9%. La Comisión Europea espera que nuestro país reduzca esa tasa tanto este año (12,1%) como los dos siguientes (11,6% y 11,1%, respectivamente), pero no será suficiente para quedar por debajo de Grecia, que ha logrado bajar su desempleo a mínimos de 2009.
El país heleno, que desde 2013 y hasta la pandemia era el país con más paro de la UE, con una tasa del 17,9% en 2019, ha sido capaz de mejorar sus niveles de desempleo más rápido, alejándose de la primera posición y afianzando a España como el peor país. En 2022 tuvo una tasa del 12,5% y se espera que en 2025 esté ya en el 9,9%.
España también registra ahora sus mejores datos en casi dos décadas, antes del gran crecimiento experimentado durante la crisis financiera, cuando llegó a tener una tasa del 26,1%. Desde 2014 mantuvo una senda descendente y en 2019 se situaba ya en el 14,1%.
Sin embargo, en 2020 el paro en España repuntó y aunque desde 2021 mantiene una senda descendente, la mejora de Grecia desde entonces ha sido más significativa. España ha reducido su tasa en 2,6 puntos entre 2020 y 2022, mientras que el país heleno lo ha hecho en 4,7 puntos.
De hecho, si se cumplen las previsiones que maneja ahora la Comisión Europea, en 2025 España habrá bajado su tasa de paro en tres puntos respecto al nivel que tenía en 2019, mientras que Grecia habrá mejorado ocho puntos aquella referencia.
El doble de paro que la media de la UE
Si se compara con el resto de Estados miembros, las diferencias son aún más evidentes. La tasa de paro en el conjunto de la Unión Europea se situó en 2022 en el 6,2% y, según los cálculos de Bruselas, cerrará el 2023 en el 6%. Al final del horizonte de proyección, en 2025, estará ya en el 5,9%. Es prácticamente la mitad de paro que el que seguirá teniendo en España.
En las principales economías de la UE, el nivel de desempleo no supera el 8%: 3,1% en Alemania, 3,6% en Países Bajos, 7,2% en Francia y 7,6% en Italia, según las proyecciones de la Comisión Europea para este año. Destacan la República Checa y Malta, países que gozan prácticamente del pleno empleo, con tasas de paro inferiores al 3%.
La reforma laboral de 2022
El Gobierno acometió una reforma laboral en 2022 para reducir el empleo temporal, y una de las consecuencias más sonadas ha sido el incremento del contrato fijo discontinuo, que permite a la empresa desactivar al trabajador durante un periodo de tiempo sin tener que despedirle. Es decir, el empleado no trabaja ni cobra, pero mantiene la relación laboral.
Mientras espera a ser llamado de nuevo puede inscribirse como demandante de empleo en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y cobrar una prestación si ha cotizado lo suficiente. Lo llamativo es que ni siquiera en ese último caso, aquellos que cobran el paro, constan en las estadísticas de desempleo que difunde el Gobierno.
La cuestión es que en los últimos dos años los fijos discontinuos se han duplicado y cada vez son más los organismos económicos que alertan de que el dato de paro registrado que proporciona el Gobierno no representa totalmente la realidad. Siempre teniendo en cuenta que el paro registrado no incluye nunca a toda la población parada, sólo a aquellos que se registran en el SEPE.
Los cálculos de Fedea apuntan a que los fijos discontinuos inactivos que afloran en las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal rondan el medio millón y, por tanto, de contabilizarse, el paro 'efectivo' o real superaría los 3,2 millones, frente a los 2,7 millones que comunica el Ministerio de Trabajo.
A diferencia del Ministerio de Trabajo, el INE sí contabiliza como parados a los fijos discontinuos que verifiquen que han estado en contacto con una oficina pública o privada de empleo con el fin de encontrar trabajo. Finalmente, a los que no busquen empleo y no estén disponibles para trabajar, los considera "inactivos".
En todo caso, podría haber una parte de los parados que, con la reforma laboral, quedaran fuera de las estadísticas del SEPE, INE y, en última instancia, Eurostat. Además, los expertos consideran que si bien puede afirmarse, ya que la reforma laboral ha servido para reducir la temporalidad, aún es pronto para asegurar que también ha reducido la precariedad.
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