Economía

Bruselas sube la presión sobre las emisiones pese a su impacto en el precio de la luz

Bruselas tiene al dióxido de carbono (CO2) como uno de sus grandes enemigos. Una senda con la que están de acuerdo la mayoría de los países miembros. El problema de

Bruselas tiene al dióxido de carbono (CO2) como uno de sus grandes enemigos. Una senda con la que están de acuerdo la mayoría de los países miembros. El problema de este proceso surge con el impacto que tienen sus medidas en el bolsillo de los consumidores. Principalmente, en la factura de la luz. Y, pese a acumular tres meses de récord en la tarifa eléctrica, la Comisión Europea ha decidido aumentar su agresividad con este enemigo.

El 'Fit for 55', que es como ha denominado Bruselas a su nuevo plan 'verde', quiere recortar, aún más, el límite total de emisiones y aumentar su tasa anual de recortes en permisos de contaminación. En concreto, la Comisión Europea lleva su reducción de emisiones para 2030 del 40% al 55% como mínimo, en comparación con el nivel de 1990.

"Como primera de estas medidas del nuevo paquete verde la Comisión Europea propone reducir aún más el límite total de emisiones y aumentar su tasa anual de reducción", detalla Luis Villar, country manager de Global Capital Finance. "Esto previsiblemente tendrá como consecuencia incrementos en el precio del CO2, lo cual provocará aumentos en los precios de la energía eléctrica", añade.

La reducción se trasladará al Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (ETS), un mercado donde los miembros de la Unión Europea y sus empresas negocian los derechos de emisiones de dióxido de carbono (CO2). Este sistema es similar a la Bolsa donde, en vez de pagar euros por acciones de una empresa, se compran y venden las toneladas de CO2 que se puede emitir.

Estos derechos son demandados por los dueños de industrias que necesitan contaminar, como las centrales de ciclos combinados de gas. Este tipo de tecnologías son las que están marcando el precio de la electricidad en países como España. Por culpa del precio del gas y estos altos costes de las emisiones, los españoles han pagado por su tarifa eléctrica de junio un 24% más que en mayo, un 84% por encima de la media de los últimos cinco años en este mes y un 172% más que el mismo mes de 2020.

La luz sigue a las emisiones

El crecimiento exponencial de la factura de la luz va en línea con el aumento del precio de la tonelada del CO2 en este mercado ETS. El precio de estos derechos de Bruselas cerraban el mes de mayo en 52,78 euros por tonelada. Un nivel que es un 70% más caro de lo que cerraba en 2020, un 160% mayor que en el mismo mes del año anterior y ha multiplicado por diez el precio que tenía hace cinco años.

"El sentimiento general alcista y los altos precios de gas empujan al mercado de emisiones de CO2 (EUA) a niveles por encima de 50 euros por tonelada, que no se esperaban hasta dentro de tres o cinco años", señalan los expertos del Grupo ASE. "La subida del gas provoca un efecto que retroalimenta la subida de las emisiones de CO2 que, a su vez, se ve reforzado por los objetivos de la UE de descarbonización de la economía para 2030", matizan.

Bruselas busca alternativas al gas

Las emisiones están en máximos históricos. Y con la reducción los expertos esperan que estos precios se mantengan hasta que existan alternativas reales al gas, como puede ser el 'hidrógeno verde'. Entre los elevados costes del gas y de las emisiones, los costes de producción de los generadores térmicos (ciclos combinados de gas y de carbón) en más de un 200% respecto a hace un año. Esos costes de producción se trasladan en sus ofertas de electricidad.

La estabilidad de los precios energéticos solo llegará con un aumento de la generación renovable y una menor dependencia de las energías fósiles, que es lo que está acelerando Bruselas con el mercado de emisiones y está encareciendo el recibo de la luz.

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