La Comisión Europea ha dado luz verde al nuevo Plan de Pedro Sánchez para recibir y ejecutar 163.000 millones de fondos europeos Next Generation EU sólo tres días después de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. La publicación de la decisión, que se activó justo cuando la candidatura del líder de los populares acababa de ser rechazada, llega en un momento clave para el actual presidente del Gobierno en funciones, garantizándole un soporte económico cuando las negociaciones con sus potenciales aliados se intensifican.
España ya tenía comprometidos cerca de 70.000 millones a fondo perdido, pero el Plan que ahora avala Bruselas permitirá al próximo Gobierno movilizar el doble de dinero, otros 94.000 millones. En todo caso, la inmensa mayoría de esa segunda parte (84.000 millones) serán fondos prestados a un bajo interés que el Estado deberá devolver.
Como ha ocurrido hasta ahora, España irá recibiendo por tramos todo el dinero asignado. De momento sólo han llegado 37.000 millones a través de tres pagos y un anticipo inicial. La próxima solicitud se realizará previsiblemente antes de que acabe el año, por 10.000 millones, a la que se sumará una prefinanciación de 1.400 millones en concepto del RePowerEU, un instrumento incluido dentro de estos fondos para reducir la dependencia energética de Rusia.
Entre 2024 y mediados de 2026 se realizarán otros siete pagos. ¿A cambio de qué? De unos compromisos, formulados como nuevas reformas e inversiones, que el Gobierno planteó a la Comisión Europea en junio, en la antesala de las elecciones. También aprovechó esta modificación del Plan original firmado en 2021 para retrasar otras muchas que no daba tiempo a cumplir en tiempo y forma.
Es el caso de varias de las inversiones relacionadas con la digitalización y transición energética, así como las actuaciones de renovación de viviendas o los planes para fortalecer las políticas de igualdad e inclusión. El Gobierno ha alegado que las medidas son inalcanzables en el plazo previsto ante las limitaciones de oferta y la elevada inflación.
También se han modificado otros objetivos marcados en el Plan inicial que habían resultado ser auténticas bombas de relojería en el contexto político actual, como el pago por uso en carreteras. Ahora, con el beneplácito de Bruselas, el Gobierno ha conseguido sustituir esa controvertida medida por otra para promover el transporte por ferrocarril.
Este lunes el Ministerio de Asuntos Económicos que dirige Nadia Calviño celebraba la noticia: "El Plan de Recuperación permitirá movilizar hasta 163.000 millones de euros en el periodo 2021-2026, más del 12% del PIB de España, que se unen a los 36.700 millones de euros de los Fondos Estructurales del marco financiero plurianual 2021-2027 para culminar un ambicioso programa de inversiones modernizadoras del país".
El próximo gobierno no podrá hacer cambios
En términos generales, el Ejecutivo comunitario ha aceptado ese segundo Plan ideado por el equipo de Sánchez sin objeciones. Esta última versión, una vez logre la aprobación del Consejo en las próximas cuatro semanas, estará 'tallada en piedra' y no podrá modificarse. Si se quisiera hacerlo, habría que modificar el Reglamento, lo que se aventura complicado, máxime si se tiene en cuenta que en 2026 el Plan debe haberse ejecutado. Es decir, deberá cumplirse como está planteada de aquí a 2026 si se pretenden captar todos los fondos millonarios.
La idea es que con este dinero se haga frente a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, pero el nivel de ejecución real de estos fondos es bajo. El Gobierno no aporta cifras en términos de contabilidad nacional prácticamente desde que arrancó el Plan. Más información proporciona la Comisión Europea, quien calcula que a la economía llegaron algo más de 8.000 millones entre 2021 y 2022.
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