El centro de poder de la Unión Europea está pendiente de España. El país miembro que asume en 21 días la presidencia de una de sus tres instituciones, el Consejo Europeo, y ha dado un volantazo político con un adelanto electoral que nadie esperaba. En Bruselas, donde se junta una amplia selección de burócratas de 27 países, los cambios de planes y la incertidumbre no gustan. Eso es lo que hace que las perspectivas para el 23 de julio y el futuro de Pedro Sánchez sean algo parecido a un ‘trending topic’ entre los funcionarios europeos.
“Sorprendió a todos, precisamente, mientras preparábamos un viaje a Andalucía a raíz de la presidencia”, comenta a Vozpópuli un alto representante europeo. La tertulia se centra en Sánchez en el Kitty Oshea’s, un bar irlandés frente al edificio de la Comisión Europea, donde los funcionarios trasiegan cervezas belgas de alta graduación con naturalidad, sin ni siquiera descolgarse la acreditación azul. “Ha tenido mucho protagonismo en la agenda europea y la sensación era que España mantenía el tipo en la última crisis, pero parece claro que las familias españolas no opinan lo mismo”, añade.
El Parlamento Europeo tiene un carácter más político que las tertulias improvisadas entre los ‘técnicos’ de la Comisión. En esta Cámara esperan una clara victoria de Alberto Nuñez Feijóo. Sus dudas tienen que ver con el papel que interpretará Vox, tanto en el Gobierno español como en la agenda de la Unión Europea, donde el medioambiente y la cesión de autonomía de los países miembros para crear un mercado único son los objetivos principales. “¿No hay ninguna posibilidad de pacto PP y PSOE?”, pregunta un funcionario eslovaco de Bruselas. “No, esto en los países del sur no nos gusta”, contesta rápido otro italiano.
Los eurodiputados que se sientan a hablar con este medio en confianza -aunque prefieren no aparecer en ningún artículo para eludir el tedioso filtro de su partido europeo- dan casi por supuesto que el siguiente paso en la carrera de Pedro Sánchez será el salto a las instituciones supranacionales. “Es objetivo decir que Pedro Sánchez no tiene, por ejemplo, el currículum de (Charles) Michel o de (Jens) Stoltenberg”, afirma un representante español en el Parlamento. Sánchez es uno de los nombres que suenan con más fuerza para sustituir a Jens Stoltenberg en la presidencia de la OTAN, cuyo mandato termina en octubre de este año. También está en las quinielas para suceder en noviembre de 2024 a Michel como presidente del Consejo Europeo.
Más agenda en Bruselas que en Madrid
Estos rumores forman parte del menú diario de la cafetería del Parlamento Europeo desde que se conociera que los españoles volverán a las urnas el próximo 23 de julio. ¿Dónde irá Sánchez si pierde las elecciones? De momento, es una incógnita, pero llama la atención que el presidente español haya llenado de fechas su agenda internacional. Lo ha hecho, además, “a costa de olvidarse de muchos problemas que ha tenido en su país”, apunta otro eurodiputado. Su cambio de opinión con Marruecos se entiende como uno de sus muchos movimientos para ganarse el favor de Estados Unidos, algo que –recuerdan- es clave si quieren llegar a la OTAN. También lo será, por cierto, la opinión favorable de la presidenta Úrsula Von der Leyen sobre Sánchez.
“Levanta unas extrañas pasiones en Bruselas que igual desde Madrid no entendéis”, comenta un eurodiputado muy alejado del posicionamiento del PSOE. “Von der Leyen es una presidenta que tiene una amplia presencia institucional y muestra cercanía con Sánchez. (Frans) Timmermans, el otro gran jefe de la Comisión, muestra gran cercanía con España y la política verde que lidera Teresa Ribera”, puntualiza. Esto dicen alguno de los eurodiputados de la ‘oposición’ de Sánchez. Los socialistas europeos no quieren hablar de su futuro internacional, porque “no se hace caso a las encuestas” y todavía hay “mucho tiempo para la remontada de lo vivido en las autonómicas”.
Una oportunidad perdida
De lo que no duda nadie es de que la presidencia europea de España ha pasado a un segundo plano; algo que consideran un error estratégico quienes conocen de primera mano las oportunidades que ofrece a Sánchez poder liderar el debate de los 27 países miembros. Especialmente, en un momento en el que Rusia sigue amenazando las instituciones, Estados Unidos no cesa de seducir a las empresas europeas para captar su inversión y China acapara todos los materiales que la Unión Europea necesita para su objetivo de ser la región más respetuosa con el medio ambiente de todo el mundo.
“España ha perdido una oportunidad de ser un referente energético para Europa porque la ideología se ha impuesto a la estrategia del país y, ahora, va a perder la oportunidad que le dan estos seis meses de venderse como una alternativa de poder a Alemania y Francia en la Unión por la estrategia personal de su presidente”, comenta otro experimentado eurodiputado español. “En estos pasillos se ve claramente que nuestros complejos como país nos están quitando muchas oportunidades”, concluye desde la cafetería del Parlamento. Una institución que justo dentro de un año vivirá sus propias elecciones y habrá que ver dónde estarán Sánchez, Von der Leyen o Timmermans.
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