El adelanto electoral en España también fue un secreto para los organismos comunitarios. Desde Madrid no se le comunicó a Bruselas esta decisión antes de hacer su declaración pública ante los medios. El portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, aseguraba este martes que no tenía constancia de “ningún contacto entre las autoridades españolas y la Comisión antes del anuncio de las elecciones españolas”.
El representante europeo reconoce que no suele ser habitual que un Gobierno informe con antelación de un cambio electoral a la Comisión Europea, pero la importancia del país en la agenda europea de los próximos meses es clave. Como informaba Vozpópuli este martes, la decisión de Pedro Sánchez de adelantar al 23 de julio parte en dos la presidencia que arranca este 1 de julio y pone en riesgo los temas de la agenda europea.
Por ello, Bruselas vigilará que todo ‘sigue igual’ tras este cambio de planes. “Mantendremos el contacto con las autoridades españolas para que, sea cual sea la situación política de España antes y después de estas elecciones, el trabajo legislativo de la Unión Europea siga con normalidad”, afirmaba Mamer en su declaración de este martes.
Un cambio de inquilino en la Moncloa puede alterar las prioridades que se marcan desde la presidencia del Consejo frente a los asuntos que afrontan la Comisión Europea y el Parlamento. Encima de la mesa hay asuntos como la reforma del mercado eléctrico en Europa, la ley de datos, transformación digital, agenda social o la preparación energética de cara al próximo invierno.
Protagonismo internacional
Los medios internacionales insistían este martes al portavoz en Bruselas por el efecto que tendrá el plan de Sánchez en los procesos legislativos de gran relevancia que están en discusión entre el Consejo y el Parlamento Europeo.
“El presidente Sánchez ha asegurado en su convocatoria que España cumplirá con su rol en la presidencia del Consejo, más allá de la nueva fecha de las elecciones en España”, defendía el portavoz europeo. “Trabajaremos con las autoridades españolas para asegurarnos de que así sea”, añadía.
Porque tampoco hay que olvidar que la acción de España en su mandato incidirá en el siguiente ciclo europeo, donde tomará el testigo Bélgica. La Presidencia española tiene otro factor clave en la política europea, ya que se desarrollará en el último tramo del ciclo institucional europeo, antes de las elecciones al Parlamento Europeo previstas para mayo de 2024 y el posterior nombramiento de una nueva Comisión.
“Se trata de una decisión que está depende del Gobierno español y que la Comisión Europea respeta plenamente”, afirmaba Mamer. El problema es que el presidente debe asumir en 31 días una agenda de representación que coincide con una campaña clave para su futuro.
Campaña y actividad en Bruselas
El 7 de julio inicia esta carrera electoral. El 11 y el 12 de julio, Sánchez participará en la compra de la OTAN en Vilna (Lituania) y, un día después, se espera que intervenga ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
También forma parte de su agenda de la presidencia ejercer de anfitrión en Bruselas el 17 de julio en la cumbre regional entre la UE y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC).
Un trabajo que también afecta al resto de su ejecutivo. Los consejos informales de la presidencia arrancan el 3 de julio en Vigo con un encuentro de todos los ministros de Pesca, después en Madrid se celebrará el 13 de julio un consejo informal entre los ministros de Trabajo y Políticas sociales, Valladolid hará lo mismo con los responsables de Medio ambiente y Energía de los países miembros entre el 17 y el 19 de julio. Por último, en Logroño, los ministros de Justicia e Interior de la UE se reunirán dos días antes de las elecciones.
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