Los fabricantes chinos están cada vez más abiertos a exportar sus modelos eléctricos. Y lo están haciendo con bastante éxito en mercados de todo el mundo en un corto espacio de tiempo; algo que nunca lograron hacer en décadas con sus modelos de combustión, que siempre estuvieron muy por debajo en calidad y tecnología de las marcas europeas. Una de esas nuevas marcas es el fabricante BYD, relativamente joven, que cuenta con su propia fábrica de baterías para sus vehículos eléctricos e híbridos y que lanzó hace apenas dos años una batería denominada Blade basada en la tecnología LFP.
Aseguran que es más segura que otras alternativas existentes en el mercado por tener una menor tendencia a sobrecalentarse, sin duda uno de los principales problemas del coche eléctrico, además de resultar más económicas que las habituales de níquel y cobalto.
Pero el desembarco de BYD no ha sido algo espontáneo, pues la sede europea se encuentra en los Países Bajos, inaugurada en 1998, con sucursales en diferentes países europeos, y cuenta con una instalación de fabricación de alta tecnología en Hungría. Durante este tiempo, BYD ha instaurado numerosas colaboraciones con socios europeos y ha adquirido un profundo conocimiento de las expectativas de los clientes en Europa, donde ya está presente en diez mercados.
Por ello, llega al mercado con una notable experiencia en el campo del coche eléctrico, una tecnología que llevan décadas desarrollando y ahora que Europa ha abierto de par en par sus puertas al coche eléctrico les está permitiendo entrar con fuerza en un mercado abocado por la legislación desarrollada a esta tecnología. Así, BYD ha dispuesto su entrada en nuestro mercado con una gama de vehículos totalmente eléctricos.
Y lo hace de momento con dos concesionarios en Madrid y Barcelona en un arranque que le llevará a seguir ampliando la red comercial –Valencia o Sevilla serán los próximos– apoyada en socios como Astara o Caetano y sus amplias redes de distribución. Y preguntados por los plazos de entrega, en BYD España aseguran tener disponibilidad casi inmediata para cualquiera de sus nuevos modelos.
Tres modelos de entrada
Uno de ellos es una berlina del segmento Premium denominada HAN, el segundo un SUV familiar de 7 plazas bautizado TANG y, por último, el ATTO 3, un SUV del segmento compacto, todos con mecánicas 100% eléctricas.
El BYD HAN cuenta con dos motores eléctricos, proporcionando un sistema de tracción total. La potencia combinada del sistema de doble motor ofrece 516 CV de potencia, con una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 3,9 segundos. Mide casi cinco metros de longitud con un maletero de 410 litros, tiene una batería de 85,4 kWh de capacidad que admite cargas rápidas de hasta 110 kW y su autonomía teórica llega hasta 521 kilómetros. Una berlina muy en la línea de los Tesla Model S, pero con un precio por debajo de este, 69.990 euros.
Menos ambicioso en cuanto a su planteamiento es el TANG, un SUV de 7 plazas de 4,87 metros de longitud y cero emisiones que ahonda sobre todo en aspectos relativos a la comodidad, el espacio, la eficiencia y la seguridad. Está equipado con la batería Blade de última generación de 86 kWh de capacidad con una autonomía de 400 kilómetros y una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 4,6 segundos. Su precio, similar al del Han, casi 70.000 euros.
El tercero de los modelos que ahora llega a nuestro mercado es el ATTO 3, un SUV eléctrico de dimensiones compactas pero muy espacioso con un maletero de 420 litros, construido sobre la avanzada plataforma eléctrica 3.0 de la marca… y que es el primero que hemos podido conducir para hacernos una idea de cómo es esta nueva marca.
Mide 4,46 metros de longitud y su motor eléctrico desarrolla 204 CV, con tracción delantera, una velocidad máxima de 160 km/h y poco más de siete segundos en el 0 a 100 km/h. El rendimiento de su batería le permite una autonomía teórica de 420 kilómetros y su precio arranca en 41.400 euros.
A primera vista su diseño transmite buenas sensaciones con formas proporcionadas y líneas suaves, un estilo adaptado a Europa y que entra por los ojos. Por dentro convence aún más, con un nivel de acabados y materiales que poco tiene que envidiar al de grandes marcas, incluso Premium.
Además, ofrece una gran habitabilidad tanto delante como en las plazas traseras, con amplio espacio para las piernas y muchos centímetros hasta el techo. En marcha, sorprende sin duda por la calidad y el confort de rodadura, con unas suspensiones blandas en general orientadas a proporcionar un notable aislamiento del asfalto pero que permiten moverse entre curvas a buen ritmo con facilidad.
No es un Audi Q4 e-tron en cuanto a tacto dinámico, pero poco tiene que envidiar en confort y agrado de conducción, con un interior realmente bien rematado con detalles como la gran pantalla central táctil que permite además regular su posición –horizontal o vertical– desde un botón en el volante.
Tampoco es tan potente como otros SUV eléctricos de tamaño similar, pero con 204 CV no echas en falta más prestaciones para una conducción incluso rápida en cualquier tipo de trazado. Con tres modos de conducción, en el Sport y con la dirección también configurada en ese modo logras una combinación muy satisfactoria para disfrutar a sus mandos y a buen ritmo.
Su motor eléctrico con batería de 85 kWh de capacidad da la sensación de lograr un rendimiento muy bueno. Los cerca de 80 kilómetros realizados no dan a entender que se podrán cubrir distancia muy por encima de los 300 kilómetros en carretera a ritmos de 120-130 km/h. Y en ciudad o en conducción a baja velocidad buscando la máxima eficiencia, superar los 400 kilómetros sin problema.
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