Otra burbuja que se ha pinchado es la del café. En mayo de 2011, la cotización de la libra de las principales variedades marcó su máximo y desde entonces no ha parado de caer en los mercados internacionales. El café de la variedad Arábica despidió 2013 con un precio de sólo un 33% respecto al marcado en mayo de 2011.
En su informe de diciembre de 2013,la Organización Internacional del Café explica que “este comportamiento de los precios fue impulsado por un exceso de producción frente al consumo, debido a que los altos precios de 2011 animaron a los productores a invertir en la producción y expandirla”.
La producción mundial en 2011 fue de 132’3 millones de sacos (cada saco pesa unos 60 kilos) y subió casi un 10% en 2012, hasta 145’2 millones, cuando el consumo mundial de café crece a una media de un 2,4%.
En la temporada que concluyó el 30 de septiembre, la producción global de café, según la Organización Internacional del Café, aumentó un 7,8%: 144,6 millones sacos. Y los expertos en el mercado del café pronostican mayores aumentos de la cosecha para los años siguientes, debido a la mejora del clima en América (el ciclo deLa Niñaduró tres años y acabó en 2011) y la puesta en producción de nuevas tierras. En Colombia la productividad por hectárea ha pasado de 11 sacos de café verde en2012 a14,5 en 2013.
Otras causas de la caída de las cotizaciones son la oscilación del dólar respecto a las monedas de los países exportadores (en diciembre de 2009, un dólar se cambiaba por 2.042 pesos colombianos, en diciembre de 2012 por 1.795 y en diciembre de 2013 por 1.933 pesos) y la larga crisis económica en los países importadores.
Protestas de los cafeteros
La bajada de los precios está causando protestas de los cafeteros. En Brasil (primer productor mundial, con un 30%) y Colombia (cuarto productor), los cafeteros organizaron el año pasado manifestaciones y huelgas, porque los precios promedios de todas las variedades de café cultivadas en el país han regresado a los de 2008.
En Colombia, donde casi 600.000 familias se dedican a este cultivo, un cafetero recibe de media 577.000 pesos por cada carga de 125 kilos seco de trilla, que se desglosan en el precio de mercado interno de 412.000 pesos, más 165.000 pesos adicionales del subsidio del programa de Protección del Ingreso Cafetero (PIC) que abona el Estado colombiano. El coste de producir una carga asciende a 700.000 pesos, según los cultivadores colombianos. Es decir, se registra una pérdida de 123.000 pesos por carga.
Además, como ocurre en España con las subvenciones dela PAC, personas que no se dedican profesionalmente a la agricultura reciben también subvenciones.
Luis Genaro Muñoz, gerente de la colombiana Federacafé, asegura que la única perspectiva para evitar que prosiga el desplome de los precios y se agrave la ruina de los cafeteros es que los productores bajen su oferta. Y éste es el único de los tres factores que determinan el precio (producción, cotización del dólar y crisis económica) sobre el que pueden actuar los cultivadores y sus Gobiernos.
El español consume 4,5 kilos al año
Según los datos dela Organización Internacionaldel Café, los principales importadores de café son Estados Unidos (en septiembre de 2013 importó 1.981.469 sacos de 60 kilos), Alemania (1.656.220 sacos), Italia (807.703 sacos), Japón (585.114 sacos), Francia (511.911 sacos), Bélgica (486.101 sacos) y España (445.883). Los españoles consumen una media anual de 4,5 kilos de café por persona. Sin embargo, los mayores bebedores de café del mundo se encuentran en el norte de Europa: los primeros son los finlandeses (12 kilos por persona al año), seguidos de los noruegos (casi 10 kilos por persona), los suecos (8,4 kilos) y los holandeses (8,2 kilos).
La pregunta que interesa a los bebedores de café en el mundo desarrollado es si este descenso del precio en origen se repercutirá en sus tazas humeantes. La experiencia es que le afectará en poco. El precio de 1,2-1,5 euros de una taza servida en un bar normal español contiene, aparte del café (con factores como la variedad, la cosecha, el empaquetado, el transporte, el tostado y el envasado), otros añadidos como: el agua, el alquiler del local donde se sirve, la taza, el precio de la leche y del azúcar, el sueldo del camarero, los impuestos para hacienda y el beneficio para el propietario. Se trata, sin duda, de una de las materias primas más baratas.
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