Economía

CaixaBank añora el bipartidismo: la polarización empeora la situación económica

La entidad cree que el auge de los partidos populistas es culpa de la larga crisis económica y de la crisis de refugiados, y advierte de que los partidos tradicionales ahora se sienten tentados de irse a los extremos

CaixaBank advierte en su informe mensual de mayo de que el fin del bipartidismo que se ha producido en la política española y europea entraña un riesgo importante para el crecimiento económico, ya que la polarización de los parlamentos dificulta los consensos necesarios para aplicar reformas, y esa falta de reformas redunda en un empeoramiento de la economía.

"La polarización comporta costes importantes. Esta fractura social hace más difícil alcanzar grandes consensos para llevar a cabo reformas que ofrezcan respuesta a los desafíos existentes (...) La ausencia de consensos y reformas, a su vez, acaba empeorando la situación económica y provoca un aumento de la inestabilidad política, factores que retroalimentarían las opciones extremas", señala Enric Fernández, economista jefe de CaixaBank en un editorial.

El experto lamenta que la fragmentación política "impide" llegar a acuerdos, porque los "partidos centristas tienen menos incentivos a pactar entre ellos ante el temor a perder terreno por los flancos extremos".

El economista considera que los partidos con posiciones extremas están en ague por "la larga crisis económica y sus secuelas, el aumento de la desigualdad, la crisis de los refugiados o la sensación de inseguridad provocada por los cambios tecnológicos y demográficos (¿está mi empleo en riesgo? (y mi pensión?)", se preguntarían.

Los tradicionales se radicalizan

"Una parte del electorado se ha identificado con opciones más extremadas que cuestionan el propio sistema político y económico y pretenden eclipsar los partidos más tradicionales", apunta. 

La segunda derivada es que los partidos tradicionales se sienten "tentados de radicalizar sus discursos y alejarse del centro". "Un viaje que entraña riesgos", advierte. 

"La construcción de grandes consensos requiere liderazgos fuertes, empatía con el que piensa distinto, pedagogía con los electores y, por descontado, sentido de la responsabilidad. Quizás es mucho pedir, pero es lo que demandan tiempos complejos como los que vivimos", concluye.

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