Economía manejó la desaparición del Banco de Valencia hasta pocas semanas antes de su venta a Caixabank (noviembre 2012). Incluso el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) contrató a tres expertos independientes para calcular el precio de su liquidación: 6.340 millones. La factura de ayudas públicas parece, sin embargo, que se elevará como mínimo hasta los 6.880 millones tras la actualización del esquema de protección de activos (EPA) que ha efectuado Caixabank en sus cuentas anuales. La entidad presidida por Isidro Fainé estima que tendrá que recibir del FROB un total de 1.203 millones por las pérdidas futuras de los créditos cubiertos por el EPA del Banco de Valencia, frente a los 600 millones previstos inicialmente por el Banco de España y el fondo de rescate.
El FROB se comprometió a asumir, durante un período de diez años, el 72,5 % de las pérdidas que en ese período experimentara la cartera de pymes y autónomos y de riesgos contingentes del Banco de Valencia, que ascendía a 6.022 millones. El 27,5 % correría a cargo del comprador. El resto lo sufragaría la entidad catalana. En aquel momento, el FROB cifró el coste de la EPA en 600 millones, que ya dotó en 2012, como reconoce en su memoria de ese ejercicio. Sin embargo, el precio se ha disparado hasta los 1.203 millones tras la nueva evaluación de los activos y pasivos del Valencia, con fecha a 1 de enero de 2013, encargada por Caixabank a la auditoria PricewaterhouseCoopers (PWC).
El examen de PWC ha determinado que existía un deterioro de poco más de 1.000 millones entre el valor contable de la cartera crediticia heredada del Banco de Valencia, que ascendía a 11.538 millones, frente al valor razonable de ésta (10.536 millones). Fruto de esta recalificación se duplican, según Caixabank, las garantías a aportar en el EPA. “El valor razonable de la cartera de inversión crediticia se ha obtenido mediante la aplicación de los porcentajes estimados de pérdida esperada, determinados básicamente en función de las características de la financiación concedida y las garantías de la deuda”, reconoce la entidad catalana. “Asimismo, se ha registrado un activo”, continúa Caixabank en sus cuentas anuales, “para reflejar aquellas pérdidas esperadas que serán soportadas por el FROB en el contexto del esquema de protección de activos acordado sobre la cartera de pymes y autónomos. El activo registrado asciende a un importe de 1.203 millones de euros”.
Con la recalificación efectuada por Caixabank, el volumen de ayudas públicas (6.880 millones) superan ya al coste de liquidación de la entidad, cifrado en 6.340 millones por tres expertos independientes contratados por el FROB
En consecuencia, el coste global del EPA, si se consuman al 100% las pérdidas esperadas por Caixabank, ascendería a 1.659 millones, de los que 1.203 millones corren a cargo del FROB y los 456 millones restantes, a cuenta de la entidad catalana. Así, el volumen de ayudas públicas, con este incremento de las garantías, ascendería a 6.880 millones, algo más de 300 millones por encima del valor liquidativo.
La entidad valenciana recibió una primera línea de capital de 1.000 millones tras su intervención, a finales de 2011. La segunda inyección, de 4.500 millones, se produjo con cargo a los fondos europeos provenientes del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Esas cantidades se complementan con los 1.203 millones del EPA y otra partida de 180 millones para compensar las diferencias patrimoniales, los conocidos como ‘vicios ocultos’, de los activos traspasados por el Banco de Valencia a la Sareb y los realmente transmitidos. Caixabank planteó esta reclamación al FROB, el 23 de enero de 2013, dos meses después de la adjudicación de la entidad valenciana y un mes antes de que se formalizase la venta por un euro al banco con sede en Barcelona. La institución presidida por Carrascosa ha considerado oportuno provisionar, con cargo a la cuenta de resultados de 2012, un total de 90 millones, la mitad del monto reclamado por Caixabank.
El EPA no es la única ventaja que ha logrado la entidad catalana por la adquisición del Banco de Valencia por un euro. Caixabank ha registrados créditos fiscales por valor de 2.289 millones que, como reconoce el banco presidido por Fainé, “se han considerado recuperables en el seno del gupo fiscal La Caixa”. Esta partida fiscal ayudó a incrementar los beneficios del grupo en 2013.
Además, como contraprestación a la compra, Caixabank recibió una serie de títulos por valor de 6.462 millones, anotados en la cartera de inversión a vencimiento, que generan intereses para la entidad catalana. Los bonos del MEDE recibidos en contraprestación de la ampliación de capital que suscribió el FROB ascienden a 4.500 millones, mientras que los títulos recibidos por el traspaso del ladrilló tóxico a la Sareb suman un importe de 1.962 millones. Los bonos de la Sareb cuentan con garantía irrevocable del Estado español. A 31 de diciembre de 2013, el saldo vivo de los bonos MEDE asciende a 3.250 millones y el de los bonos Sareb a 1.817 millones. Como reconoce el banco catalán, el tipo de interés medio de la cartera de inversión a vencimiento ha sido del 2,46%. Por tanto, Caixabank ha percibido 124 millones en intereses a lo largo de 2013 teniendo en cuenta el saldo vivo de bonos MEDE y Sareb.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación