La elección a la Presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) sigue pendiente y aunque el proceso parece estancado, en los últimos días se han producido avances en favor de la candidatura de Nadia Calviño y a costa de espacios de poder de España en la UE. Francia y Alemania ya se inclinan por avalar a la vicepresidenta española en funciones, lejos ya del rechazo que dejaban entrever en septiembre.
Desde que el 11 de agosto España anunciara que presentaba la candidatura de Calviño al BEI, puesto para el que ella misma se descartó en junio, se sigue un juego de nervios y negociación encubierta de intercambio de sillas que se va perfilando favorable a sus intereses.
Sin embargo, España ya ha perdido un puesto clave en el Banco Central Europeo (BCE) que ha ganado Alemania. Esta semana su papel como Presidencia del Ecofin ha sido ninguneado precisamente por el eje francoalemán y no está defendiendo la candidatura de Madrid a albergar la nueva sede Antiblanqueo europea (AMLA) con el mismo celo que Francia la de París. Fuentes comunitarias advierten además de que la Presidencia del BEI es estratégicamente irrelevante, aunque muy bien pagada.
El ministro de Finanzas alemán, el liberal Christian Lindner, ha declarado esta semana que Alemania ya tiene candidato al BEI, pero que de momento no lo va a hacer público. Fuentes conocedoras trasladaban a Vozpópuli que esto implica el aval a Calviño, ya que Lindner no ve con buenos ojos su candidatura, pero ha tenido que ceder ante el socialdemócrata Olaf Scholz, y que como perdedor en el debate en el seno de la coalición no está deseoso de hablar, lo que coincide con las averiguaciones de Bloomberg.
Alemania no era favorable a la candidatura de Calviño, como desveló Vozpópuli el 1 de septiembre, por haberla designado un presidente del Gobierno en funciones que no ha consultado a la oposición y por la sospecha de que pueda utilizar la plataforma de la Presidencia rotatoria de la UE.
Además, desde la coalición se ha analizado la polémica contratación del marido de Calviño a dedo como alto cargo en un puesto creado a medida en una empresa pública que preside su exnúmero dos. El 11 de septiembre, este periódico informaba de que un hijo recién graduado sin experiencia de la vicepresidenta fue contratado por otro banco público, el BERD, del que es gobernadora, información de la que se ha hecho eco Handelsblatt.
Pero esta prevención no significaba que Berlín no fuera a votar a favor de Calviño. Todavía no había ocurrido el fiasco de España para hacerse con un puesto clave en el BCE. El organismo monetario descartó a mediados de septiembre a Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, como nueva jefa de supervisión. Eligió a la alemana Claudia Buch, vicepresidenta del Bundesbank, a pesar de que el Parlamento Europeo recomendó primero a Delgado.
Este puesto era muy importante para España. Es clave tener allí a una española, que conoce las particularidades del sistema bancario y de las entidades nacionales, si nos enfrentamos a una nueva crisis.
Juego de nervios con la sede Antiblanqueo
Por su parte, Francia también amaga ahora con apoyar a Calviño, aunque sigue sin desvelar explícitamente su voto en plenas negociaciones para que París albergue la sede antiblanqueo. Presiona así a España con su voto al BEI para llevarse AMLA, una contraprestación que ya reconocen fuentes diplomáticas francesas a Politico y que este periódico ha podido confirmar.
Desde el Ministerio de Asuntos Económicos desligan los dos procesos y dan cuenta de la promoción que se ha hecho de Madrid, que ha liderado el Tesoro.
Sin embargo, el lunes pasado Madrid apostó fuerte por la candidatura de la capital para acoger la sede de AMLA y celebró un acto al que no acudió Calviño ni ningún ministro. La fecha elegida para esta presentación oficial suponía adelantarse a una cita clave: el Eurogrupo y Ecofin que se celebraban desde la tarde del lunes y el martes en Luxemburgo, citas en las que era posible que se decidiera quién va a ser el próximo presidente del BEI.
La candidatura oficial, que debe registrar el Ejecutivo central, todavía no se ha presentado y se prevé que se haga apurando la fecha. El Gobierno está ganando tiempo, ya que España tiene como fecha límite el 10 de noviembre para hacer oficial la candidatura de Madrid y está echando el resto en la carrera de Calviño para presidir el BEI sin poner en riesgo las opciones para pelear por AMLA, según las fuentes consultadas por Vozpópuli.
Fuentes comunitarias advierten de que se está ofreciendo AMLA en la negociación del BEI cuando significaría cientos de empleos en Madrid, que no alberga sedes. Fuentes financieras se quejan en privado de que no sólo París, sino también Dublín tiene mucha publicidad en la carrera para albergar AMLA y se están poniendo mucho más en valor que Madrid.
El apoyo de Francia estaba también en septiembre en duda y en esos momentos se inclinaba por Margrethe Vestager. Comparten familia liberal, pero la apuesta personal fallida de la danesa para nombrar a una economista estadounidense, Fiona Scott Morton, como directora general del área económica de la UE, había alejado posturas. Pues bien, según avanzó este diario, decantó entonces la balanza hacia Vestager un encuentro con Le Maire justo antes del Ecofin de 15 y 16 de septiembre, en el que resaltó que la danesa acudía después de haber solicitado una excedencia de la Comisión Europea sin sueldo.
En contraste con Calviño, que viajó a París el 29 de agosto para reunirse con Le Maire con el fin de promocionar su candidatura siendo vicepresidenta del Gobierno español en funciones y ostentando la Presidencia de la UE. Fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos en Funciones ceñían entonces el objeto de las visitas a Berlín y París a la Presidencia española de la UE y a los expedientes en curso. Sin embargo, el 14 de septiembre el Ministerio de Le Maire trasladó a Efe que recibió a Calviño para hablar de su candidatura al BEI.
Oficialmente, un portavoz del Ministerio de Finanzas francés dijo que Francia no tenía un candidato favorito y consideraba que la elección estaba muy verde, de cara al Ecofin que se iba a celebrar en Santiago de Compostela, del que se pensaba que saldría un presidente del BEI.
Para París, lo importante eran las prioridades que quiere dar a ese organismo, en concreto, que el BEI debe asumir más riesgos en los fondos que atribuye. Como avanzó Vozpópuli el 1 de septiembre, había otros factores que ponían trabas al voto galo, como el interés de París de que el Banco promueva inversiones en nucleares, un terreno en el que el Gobierno español y la vicepresidenta se han significado en contra. Sin embargo, Calviño en una entrevista con Onda Cero el 5 de septiembre dejó la puerta abierta a "lo que determinen los reglamentos comunitarios".
Ninguneo al Gobierno español
Esta semana, Alemania y Francia han tomado las riendas de la negociación de las reglas fiscales de la UE, que además van a dirimir de manera bilateral, según han anunciado Lindner y Le Maire a su llegada al Ecofin que se ha celebrado en Luxemburgo este martes.
Tanto Lindner como Le Maire han apelado al pragmatismo, a que el eje francoalemán es quien lleva de facto las negociaciones, pero ha sorprendido el que se haga explícito y la manera de escenificarlo, en lo que puede entenderse como un ninguneo a la Presidencia española de la UE y a la propia Comisión Europea, que se ha apresurado a alabar el trabajo de Calviño.
Calviño ha asegurado que "apoya y alienta" todos los intercambios que puedan aportar un "enfoque constructivo" que permita llegar a un acuerdo antes de que acabe el año.
Con todo, Francia puede buscar en realidad aliarse con Calviño, ya que su planteamiento de reglas fiscales comparte enfoque, frente a la visión más ortodoxa con el control presupuestario de Lindner, que habría decidido plantear una entente con París para no quedar descolgado. Un año después de que la Comisión presentara su borrador de propuesta no hay acuerdo en los puntos claves del expediente.
Subasta general de sillas en la UE
Junto a Calviño y Vestager, concurren al BEI el exministro italiano de Finanzas, Daniele Franco, y dos de los actuales vicepresidentes del BEI, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Ostros. Ninguno se ha retirado a pesar de las dificultades que este número de candidaturas supone para alcanzar los votos necesarios.
Para presidir el BEI, el apoyo de Alemania y Francia es clave, cuyo voto tiene aquí más peso si cabe porque tienen un 19% de las acciones cada uno, y España el 11%, con lo que los tres suman el 49% de los votos y se necesita el 68% y el apoyo de 18 Estados miembros.
Werner Hoyer deja la Presidencia del BEI en enero. Algunas fuentes comunitarias creen que finalmente la elección se dirimirá en diciembre, pero otras plantean que no culminará antes de que acabe el año. Hoyer entrará en funciones y el puesto puede pasar a formar parte del paquete para renovar la cúpula comunitaria en junio en que se dirimen la Comisión, el Consejo y el Parlamento.
Si Calviño lograra la Presidencia del BEI, entonces, España se vería obligada a ceder un puesto para dirigir alguna de las instituciones capitales de la UE.
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