El Programa de Estabilidad plantea como escenario de riesgo las subidas de tipos del BCE. El documento que ha remitido el Ministerio de Nadia Calviño a Bruselas advierte de que en la "actual coyuntura marcada por las sucesivas subidas del tipo de intervención del BCE" un alza de 120 puntos básicos sobre el escenario base elevaría en 2025 la carga de intereses al 3,2% PIB, a cerca de 43.000 millones. Se trata de 0,4 puntos porcentuales más que el 2,7% que se da por supuesto en el escenario base, de 35.000 millones; más de 6.000 millones más.
El desvío es del 3,1% para un alza de 100 puntos básicos, hasta los 40.000 millones, para el Banco de España.
Además del impacto de la subida de tipos en el pago de intereses de la deuda, el Gobierno avisa de que "el menor crecimiento afecta igualmente al saldo público por la menor recaudación fiscal" y se produce un "mayor gasto en prestaciones sociales en un entorno donde la demanda interna y la creación de empleo se resienten".
Esta advertencia en el Programa de Estabilidad 2023-2026, el último de la legislatura, se produce a las puertas de una una subida de tipos del BCE al entorno del 4% este jueves y de la del la Fed de este miércoles al 5,25%.
Y contrasta con lo que planteaba el Programa de Estabilidad 2022-2025 hace justo un año. Aunque se alertaba de que la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal señalaba "el inicio de un nuevo ciclo financiero a nivel global que podría generar dificultades de adaptación en determinados mercados y economías vulnerables", todavía se hablaba del "entorno actual de bajos tipos de interés", que junto con "el crecimiento económico de los próximos años facilitarán una progresiva reducción de la deuda pública en el escenario central".
Calviño pide "prudencia extrema"
Cuando la inflación en España seguía creciendo, la vicepresidenta primera para Asuntos Económicos puso el foco en los efectos beneficiosos de control de las subidas de tipos. En declaraciones a los medios antes del Eurogrupo del pasado 13 de marzo, Calviño moduló su mensaje y reclamó "prudencia extrema" a los "reguladores a ambos lados del Atlántico" con las subidas de tipos.
Este miércoles, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, preguntada por las dificultades por las que atraviesan las familias ante el encarecimiento de los alimentos, ha subrayado que el Gobierno es "más que consciente" de la preocupación de las familias y ha señalado a la "política del BCE de rápida subida de los tipos de interés".
Una política del BCE que ahora beneficia a Alemania o Francia, pero no a España.
Subida al entorno del 4%
El Eurobanco llevará este jueves el precio del dinero al entorno del 4%, desde el 3,5% que está en la actualidad, y añadirá más presión en los presupuestos de las familias hipotecadas.
La división está servida entre el propio consejo de gobierno del BCE. En la última reunión de marzo, cuando se elevaron los tipos del 3% al 3,5% en plena tormenta financiera por las caídas del Silicon Valley Bank (SVB) y de Credit Suisse, el banco central cumplió el guión y mantuvo su hoja de ruta, en línea con el planteamiento de los halcones, partidarios de endurecer la política monetaria para controlar cuanto antes la escalada de precios.
Pero algunas 'palomas' (que abogan por una política monetaria más flexible para evitar su impacto en la economía) defendieron no subir el precio del dinero ante la amenaza de crisis financiera. Argumentaron que no subir los tipos tenía implícitos riesgos "mucho menos severos" que los que conllevaría incrementarlos en plena crisis, como revelan las actas del organismo. Como referencia, apuntaron al error durante el mandato de Jean Claude Trichet antes de la crisis de 2008, cuando el BCE subió el precio del dinero y se vio obligado a dar marcha atrás pocos meses después, con el consiguiente deterioro provocado en la economía.
Los halcones y las palomas ahora pelean por el momento en el que iniciar la pausa en el ritmo histórico de los tipos (de 350 puntos básicos en menos de nueve meses). La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha cambiado el discurso. Ha pasado de sentenciar en marzo que quedaba "mucho terreno" para seguir con una política de subidas de tipos a utilizar un tono más flexible y asegurar que el banco central ya ha hecho una "cantidad significativa" de trabajo.
El mercado estará atento a las posibles pistas de cara a las reuniones de junio y julio, para poder interpretar cuándo y dónde se fijará el techo del precio del dinero en Europa.
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