El proceso de selección y contratación del marido de Nadia Calviño, Ignacio Manrique de Lara, en Patrimonio Nacional empezó el pasado mes de septiembre. Pero no ha sido el primer intento de colocarle en una entidad pública. La vicepresidenta primera del Gobierno maniobró en el Ministerio de Industria para que Manrique de Lara optase a alguna de las vacantes de la Escuela de Organización Industrial (EOI), que depende de la Secretaría General de Industria.
Según aseguran a Vozpópuli fuentes conocedoras del proceso, el equipo de Reyes Maroto recibió la recomendación de la ministra de Asuntos Económicos para que su marido optase a los puestos vinculados con tareas de márketing de la EOI. "El organismo apostó finalmente por perfiles que se adaptaban mejor a las vacantes, y, posteriormente, Asunto Económicos trasladó a Industria su malestar", explican las mismas fuentes.
En diciembre de 2021 quedó libre la Dirección de Comunicación y Márketing de EOI, que había estado ocupada por Tíscar Lara durante los últimos 12 años. En enero de 2022 se nombró a un nuevo director de Comunicación y Relaciones Institucionales, un puesto diferente.
La Escuela de Organización Industrial tenía vacante también el puesto de director de Márketing. De hecho, acaba de celebrar un proceso de selección y contratación, que empezó el pasado 10 de octubre y ha concluido el 21 de diciembre. Es decir, casi en paralelo al del marido de Calviño en Patrimonio Nacional, con un sueldo máximo de 52.100 euros. Según explican fuentes jurídicas conocedoras de la Administración, estos puestos necesitan un concurso-oposición, son de dirección común, de personal laboral de la Administración. Es decir, menos discrecionales en comparación con un puesto de alta dirección, de confianza, que se nombra y se cesa a dedo.
Los conocedores del proceso señalan que la idea que se manejaba era acomodar a Manrique de Lara en una plaza de alta dirección en la Escuela de Organización Industrial, similar al que después optó en Patrimonio Nacional. La Orden Ministerial de Hacienda que fija el número de altos directivos de EOI -que no es pública y a la que ha tenido acceso Vozpópuli- marca un cupo de un mínimo de dos y un máximo de seis y las fuentes citadas entienden que está fijada en dos. Y ambos puestos de alta dirección están ocupados: el del director general y el de la secretaria general.
Para incorporar un alto directivo, habría que cesar en este caso a la secretaria general. Y, a continuación, plantear un proceso selectivo, en el que se podría crear un puesto nuevo ligado al Márketing, como se hizo en Patrimonio Nacional. Una ventana a la que se negó la por entonces directora general de EOI, Nieves Olivera, según trasladan fuentes próximas a los hechos.
El Ministerio de Industria, la EOI y el Ministerio de Asuntos Económicos trasladan de forma oficial a este medio que no les consta que se produjeran estos movimientos. Ninguno desmiente, no obstante, que estas maniobras se produjeran.
Más movimientos en Industria
Los protagonistas de este desembarco frustrado se han visto afectados por la catarata de salidas que se vienen produciendo en el Ministerio de Industria desde diciembre, poco después de que se designara el 14 de noviembre a Reyes Maroto como candidata del PSOE a la Alcaldía de Madrid en las elecciones del 28 de mayo para lo que antes dejará el Ministerio.
Y es que EOI depende de la Secretaría General de Industria y el secretario general es su presidente. El 23 de diciembre, trascendió que Raül Blanco, secretario general de Industria a cargo del Perte del vehículo eléctrico y presidente de EOI, sería cesado en el Consejo de Ministros del 27 de diciembre. Su destino: director general de EOI, nombrado desde entonces, lo que provocó la salida inmediata de Olivera.
El Ministerio que todavía dirige Reyes Maroto es tradicionalmente muy próximo y dependiente del de Economía, papel que se ha acentuado en las legislaturas de Pedro Sánchez. Aunque este enlace no sirvió para colocar al marido de Calviño en la EOI. Un proceso que provocó el malestar de la ministra de Asuntos Económicos con Industria y que provocó que Manrique buscase otras alternativas como fue el caso de Patrimonio Nacional.
Traje a medida
El intento de aterrizaje de Manrique de Lara en Industria fue previo a su movimiento en Patrimonio. La convocatoria para el contrato de alta dirección como coordinador de estrategia comercial y de márketing de Patrimonio Nacional se colgó en el portal de empleo de la empresa pública el 21 de septiembre. Pero, a diferencia del resto de procesos de contratación que pueden consultarse en el mismo periodo, no se ha proporcionado ningún detalle sobre los candidatos, los pasos que se seguían ni sobre sus calificaciones.
Entre otros, la empresa pública ha informado con profusión de la contratación de vigilantes de seguridad, jardineros o gestores web en el mismo periodo. No hubo más información hasta que el lunes 5 de diciembre, en pleno puente de la Constitución, se publicó la resolución por la que la presidenta de la empresa pública designaba a Manrique de Lara para el puesto.
Si se comparan los méritos que exige la convocatoria con el currículum de Manrique de Lara, se observa que calcan sus aptitudes en una especie de traje a medida. Los abogados del Estado a los que ha consultado Vozpópuli aseguran que el proceso no planteaba en principio ilegalidad desde el punto de vista administrativo, aunque pueda cuestionarse desde el punto de vista ético y estético. Se trataba de un puesto de alta dirección con un sueldo bruto desde 84.000 euros para el marido de la vicepresidenta primera del Gobierno, y en una empresa pública que dirige su exnúmero dos, Ana de la Cueva.
En la mañana del viernes 23 de diciembre, desde Patrimonio consideraban que ya había culminado el proceso de selección y que ya sólo restaba la contratación. Cuando parecía que ya sólo quedaba que alguno de los candidatos afectados por el dedazo recurriera, a última hora de la tarde del viernes 23, en vísperas de Nochebuena, se conocía la renuncia de Manrique de Lara. El marido de Calviño no había aguantado la presión.
En su carta de renuncia, se reserva un tono autocomplaciente -"Mi candidatura era la mejor", asegura-, subraya que la comisión que le eligió está "compuesta por cinco personas con las que no tengo ni he tenido ninguna vinculación", en alusión a altos cargos del Gobierno de Sánchez, y subraya que la decisión de renunciar la toma él y que tiene distintas ofertas: "Sin embargo, he decidido optar por otras ofertas profesionales", concluye.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación