Economía

El cambio de hora encarece y complica el transporte y no siempre ahorra energía

Los informes que ha utilizado la Comisión para proponer la eliminación del cambio de hora sugieren que solo el turismo y el ocio se benefician de la medida

El domingo 28 de octubre habrá que hacer de nuevo el ritual de atrasar los relojes para cambiar la hora. A las 3 de la mañana serán las 2 y los ciudadanos se congratularán de poder dormir o salir una hora más. Pero puede que sea la última vez porque Europa quiere acabar cuanto antes con los cambios de hora y establecer un horario permanente en todos los países.

Ha tomado esta decisión tras conocer los resultados de la encuesta realizada por el Ejecutivo comunitario a través de Internet entre comienzos de julio y mediados de agosto: el 84% de los ciudadanos quiere contar con un horario fijo. La Comisión propondrá el horario de verano, pero cada país podrá adoptar el que considere oportuno.

El objetivo es que exista un marco común para no perturbar el funcionamiento del mercado interior. De hecho, la decisión no solo se basa en la encuesta, también en varios informes en los que se constata que el cambio de hora puede no ser tan positivo como se pensaba en casi todas las parcelas de actividad.

Sectores

Por ejemplo, una de las razones que se ha esgrimido siempre para hacer estos cambios es el mejor aprovechamiento de la energía, pero los informes de Bruselas creen que la idea no es tan positiva como se pensaba. Según la Comisión, existe cierta controversia sobre la cantidad de energía que se ahorra por los avances en la eficiencia de la iluminación y por el hecho de que cada vez más industrias pueden operar fuera del horario diurno. Algunos informes incluso sostienen que el ahorro es cero.

Y no solo, sino que además genera algunos efectos negativos en otros sectores, como el transporte, al encarecerlo y complicarlo ligeramente. Esto pasa, sobre todo, en el sector de las aerolíneas, donde suele darse algún problema de coordinación con los cambios de reloj. El principal problema es que cualquier dificultad afecta a un gran número de pasajeros en los aeropuertos europeos.

También suele impactar negativamente a algunas empresas relacionadas con el comercio y la inversión transfronteriza al afectar al cronometraje automatizado en sectores como la banca, la programación de aerolíneas, el rastreo de mercancías y los procesos industriales. Por el contrario, suele ser positivo para el sector turístico y de ocio y afecta cada día menos al agrícola gracias a los avances.

La propuesta de cambio tiene que ser aprobada por todos los estados miembros por mayoría

Y ante estas evidencias y el abrumador resultado de la encuesta, Bruselas ha decidido poner fin a los cambios de hora. Ahora los estados miembros deben dar su visto bueno a la propuesta por mayoría. Y después la Eurocámara, que ya se ha manifestado a favor de la decisión de la Comisión, tiene que ratificar el cambio.

La noticia ha reabierto una vez más el debate sobre el huso horario español. Y es que los países podrán decidir en qué horario se quedan, lo que abre la puerta a posibles cambios del huso horario. En España hay muchos sectores partidarios de hacer un cambio en este sentido para fijar la misma hora que Reino Unido y Portugal, más acorde con la posición geográfica del país.

De hecho, este mismo viernes el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha dejado sobre la mesa la posibilidad de hacer este cambio. "Quizá España tiene que estar en otro huso horario. Francamente, no lo sé. Demos la oportunidad al Parlamento Europeo a ver si es capaz de encontrar un común denominador entre países que están en situaciones geográficas tan diferentes", dijo.

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