El riesgo de exclusión financiera es una realidad en España. Casi tres millones de habitantes no tienen una oficina bancaria en su municipio o tienen tan solo una. El total asciende a 2,78 millones, un 6% de la población española, según un estudio de Ivie.
Los casos más extremos se viven en Zamora y Segovia, donde un tercio de la población no tiene oficina en su municipio. En Ávila, Orense y Salamanca el porcentaje de habitantes sin un cajero cerca oscila entre el 25% y el 30%.
Por número de afectados, hay seis provincias con más de 100.000 habitantes sin acceso a una oficina: Valencia (163.046), Barcelona (160.337), León (117.143), Madrid (115.768), Girona (104.005) y Cáceres (100.081).
Éste es un problema que se ha disparado durante la crisis. El impacto de la misma en las cajas ha hecho que estas sean absorbidas por otros grupos que optaron por cerrar cientos de oficinas para ganar rentabilidad.
Sigue el ajuste
Los bajos tipos de interés y la necesidad de digerir el ladrillo heredado de la crisis ha hecho que todas las entidades sigan reduciendo su red de oficinas en los últimos años, para reducir gastos.
A esto se suma que todavía hay 2.600 pueblos sin internet en España, por lo que sus habitantes no tienen otra opción que desplazarse a otros municipios para cualquier tipo de operación bancaria.
El presidente de la AEB reconoció hace poco que van a seguir cerrándose oficinas, pero propone una solución
Son algunas de las antiguas cajas y las cooperativas de crédito las que mantienen oficinas abiertas en pequeños municipios. Una de las entidades que más lo hace es CaixaBank, cuyo consejero delegado, Gonzalo Gortázar, reconoció el pasado viernes que lo hacen a pérdidas: "Hemos decidido no dejar municipios donde somos la última entidad, esto nos cuesta algo de dinero, no es una decisión financiera pura. Es parte de responsabilidad".
Consciente de este problema y de que el cierre de oficinas va a seguir por la baja rentabilidad y la digitalización, los bancos de la Asociación Española de Banca (AEB) están estudiando lanzar oficinas multimarca, donde las entidades interesadas puedan instalar cajeros o espacios para comerciales.
Otras iniciativas son las oficinas con ruedas (autobuses) que ponen entidades como Bankia o la idea de Liberbank de externalizar determinadas oficinas rurales con autónomos.
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