Tras el fallo de la Justicia europea que abre la puerta a la Superliga, Joan Laporta ha vuelto a lanzar una patada hacia adelante. El abogado presidente del FC Barcelona ha extremado las precauciones a la hora de manifestarse sobre el futuro del proyecto revolucionario que impulsa junto a Florentino Pérez consciente de sus flancos débiles ante las autoridades del actual establishment del fútbol. En esencia, la UEFA que encabeza Aleksander Ceferin, a la que hoy están sujetas las federaciones y ligas nacionales.
Desde Can Barça se ha dejado ver júbilo por una sentencia que entienden que "abre la vía a una nueva competición de fútbol", aunque "todo queda sujeto a una lectura completa de la sentencia". Esta última cláusula a la que apelan desde el club reviste la estrategia del presidente blaugrana de mantener abierto un cauce de negociación a ambas bandas, por ejemplo, sobre cuestiones como el acceso a una hipotética Superliga desde el actual sistema de competiciones.
Lo anterior obedece a los riesgos ante UEFA para el Barça a corto plazo. Entre ellos, sobresalen los fundados en la investigación judicial en España por el caso de los 7,1 millones pagados desde las arcas culés al exvicepresidente de los árbitros españoles, José María Enríquez Negreira, para obtener a cambio "asesoramiento arbitral".
El acuerdo sellado por Laporta con los bonistas fija explícitamente a la hipotética decisión de la UEFA de excluir al Barça de la Champions por el caso Negreira como uno de los acontecimientos cuyo "acaecimiento y persistencia" podrían precipitar que los acreedores del club reclamen la devolución anticipada de su dinero
La UEFA solo ha emitido una autorización provisional al Barça para disputar la Copa de Europa que el ente suizo podría revocar de cara a la próxima campaña en función de cómo avance la causa que lleva el juez Joaquín Aguirre, independientemente de que para entonces haya habido una sentencia judicial o no.
Y una eventual exclusión de la Champions por Negreira sería un revés difícil de superar para Laporta no solo por el agujero presupuestario -de unos 100 millones al menos- sino por el encarecimiento de su mayor línea de deuda actualmente, los alrededor de 1.000 millones ya tomados para reformar el Camp Nou.
El acuerdo sellado por Laporta con los bonistas fija explícitamente a la hipotética decisión de la UEFA de excluir al Barça de la Champions por el caso Negreira como uno de los acontecimientos cuyo "acaecimiento y persistencia" podrían precipitar que los acreedores del club reclamen la devolución anticipada de su dinero (más los correspondientes intereses). Un extremo que perjudicaría la economía blaugrana hasta niveles desconocidos.
Negreira y el camino de Laporta hasta la Superliga
A partir de la temporada 2025/2026, cuando se podría ya poner en marcha la Superliga que promete una importante inyección para el club como fundador, la capacidad de presión de la UEFA perdería cierto fuelle. Pero hasta entonces, no podrá ser desdeñada.
Para prueba, la publicación del alemán Welt Am Sonntag, al día siguiente de conocerse el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la Superliga. Según informó el rotativo alemán, la UEFA sopesa la posibilidad de excluir al Barça de la próxima Champions por haber vulnerado, presuntamente, con gravedad, el reglamento financiero del ente suizo con sus palancas, como la de Barça Visión, que ha caído en un nuevo impago de 40 millones por parte del fondo alemán Libero.
Las fuentes consultadas por este diario ponen en entredicho que la UEFA acabe actuando con ese rigor toda vez que el Barça no sería el único club al que se le han encontrado posibles vulneraciones del reglamento europeo. En cualquier caso, como informó este diario, desde la ejecutiva blaugrana ya han sondeado la opción de que el también socio inversor del Real Madrid, Sixth Street, cubra el roto inmediato de 40 millones, sin que hasta el momento se hayan producido avances decisivos.
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