Santander no va a pronunciarse, de momento, sobre el caso Orcel. La entidad financiera prefiere pasar por alto sobre la posibilidad de que Andrea Orcel haya presentado una demanda por su fichaje frustrado y no va a comentar, por ahora, las informaciones que hoy miércoles apuntan hacia ello, indican fuentes oficiales.
Desde que el pasado mes de marzo se conoció que el exbanquero de UBS había contratado los servicios del despacho madrileño De Carlos Remón, Santander ha tratado de evitar polémicas al respecto y negado la existencia de 'un caso Orcel'. En la Junta de Accionistas celebrada en abril, Ana Botín dio por superado el conflicto y subrayó que durante las reuniones con analistas no había sido un asunto comentado.
La Información publica hoy miércoles que los abogados contratados por Orcel se han puesto en contacto con los representantes de Santander para advertir de que ultiman la presentación de una demanda; El Confidencial publica que la demanda ya ha sido formalizada y que Orcel reclama más de 100 millones de euros.
A primera hora del miércoles, ni Santander ni fuentes cercanas al bufete madrileño confirman las informaciones.
Santander anunció, el pasado mes de septiembre, el fichaje de Orcel, procedente de UBS, como consejero delegado del grupo. José Antonio Álvarez ocuparía el puesto de presidente de Santander España en sustitución de Echenique, según comunicó el banco.
El 16 de enero Santander dio por roto el nombramiento de Orcel y explicó que era inasumible tener que hacer frente en su totalidad al bonus en diferido que se había comprometido a abonar a UBS, que ronda los 50 millones de euros.
"Todos los términos, económicos y no económicos, eran conocidos. Y por la cercanía que he tenido con la organización yo era una persona muy conocida en la entidad para todas las personas involucradas. No es una situación donde contratas a una persona y te das cuenta de que es diferente", dijo el italiano en una entrevista publicada en Financial Times el pasado mes de mayo.
Orcel afirmaba en dicha entrevista que su primera sensación al enterarse de su no-fichaje por el Santander fue de "sorpresa, tristeza y una decepción inmensa". "Solo decía: ¿Qué? ¡Díos mío! Esto es un cisne negro, esto no ha ocurrido nunca".
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