La Seguridad Social va a acabar el 2018 con el mayor déficit de su historia. La cifra superará los 18.000 millones de euros, según la última notificación enviada por el Gobierno a Bruselas, pero lo cierto es que la situación no es la misma en todas las comunidades autónomas. Cataluña es sin duda la comunidad que peor está y la que tendría hoy más dificultades para hacerse cargo de sus pensionistas ante una hipotética ruptura de la caja común.
La región acabó 2017 con un desfase entre ingresos y gastos de más de 6.000 millones, lo que demuestra las dificultades que tendría la comunidad para poder asumir sus propias pensiones el día de mañana. Además, a cierre del año pasado, la región tenía 1,7 millones de pensionistas, casi el 18% del total, y la pensión media superaba los 960 euros, algo por encima de la media nacional.
Cataluña es la peor posicionada, pero lo cierto es que no sería la única región con problemas para financiar sus pensiones. La situación en Andalucía, con un desfase de más de 5.000 millones, País Vasco, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Asturias no es mucho mejor. De hecho, solo Baleares acabó el año pasado con unos ingresos que superaban a sus gastos.
La situación de País Vasco
Merece la pena pararse a analizar también la situación del País Vasco, puesto que el PNV reclama desde hace tiempo la gestión de la Seguridad Social a través de posibles fórmulas intermedias como la cogestión o la asunción de la competencia sin cuestionar la unidad de caja común. De hecho, suele aprovechar la negociación presupuestaria para colar esta demanda.
No quiere romper la caja única y que las cotizaciones vascas se utilicen únicamente para pagar las pensiones de los ciudadanos vascos, como parece, pero sí reclama la gestión de las mismas, igual que hace ya con las de desempleo y otras ayudas sociales. Hoy en día todas estas prestaciones las gestiona el Servicio Vasco de Empleo (Lanbide), aunque el dinero proceda de las arcas del Estado.
El traspaso de la gestión está contemplado en el Estatuto de Autonomía de Gernika
Los nacionalistas basan su reclamo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 18.2 y en la Disposición Transitoria 5 de la Ley Orgánica 3/1979, que aprueba el Estatuto de Autonomía de Gernika, por el que correspondería al País Vasco, en materia de Seguridad Social, la gestión del régimen económico del sistema.
Esto no significa que quieran crear su Seguridad Social propia, aunque algunos expertos creen que pedir la gestión sería solo un primer paso para reclamar, dentro de unos años, un sistema puramente vasco. En cualquier caso, lo cierto es que hoy sería muy difícil asumir un sistema así, sobre todo teniendo en cuenta el déficit total del sistema y la parte que corresponde a la comunidad.
Según las cifras de EAE Business School a partir del Ministerio de Trabajo, el déficit de los vascos roza los 3.400 millones de euros, lo que supone el 20% total del sistema. Además, la región paga las pensiones más altas, con una media que a finales de 2017 superó los 1.150 euros al mes, un 24% por encima de la pensión media del sistema.
Un sistema en problemas
Lo cierto es que hoy por hoy ni el propio sistema puede hacerse cargo de las pensiones y tiene que recurrir al Fondo de Reserva o a los préstamos del Tesoro para pagar las extra. De hecho, el equipo de Pedro Sánchez ya ha activado los más de 9.000 millones que necesitará en unas semanas para pagar a los pensionistas esta Navidad.
Tirar de deuda está saliendo caro al sistema. El préstamo de 2018, que supera los 13.000 millones, llevará el endeudamiento total del sistema por encima del umbral de los 40.000 millones, una cifra que nunca se había sobrepasado hasta ahora. Históricamente la Seguridad Social ha tenido siempre una deuda próxima a 17.000 millones.