Será el último servicio del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para poder vender Catalunya Caixa. Una nueva suma de ayudas con las que el futuro comprador estará cubierto de una serie de contingencias, como adelantó Vozpópuli el pasado 7 de julio, que pueden alcanzar los 1.000 millones. La pérdida real que espera el FROB de estas contigencias no dista de la que apareció en la venta de Novagalicia, según ha confirmado este jueves Antonio Carrascosa, director general del fondo de rescate. Esta institución concedió 375 millones a Juan Carlos Escotet en la compra de Banesco a la entidad gallega. El FROB pretende de esta manera obtener un precio positivo en la subasta.
El FROB recibirá este viernes cuatro ofertas vinculantes por Catalunya Caixa: Santander, BBVA, Caixabank y los franceses de Societe Generale, que entraron en la operación hace apenas diez días. Popular, que ya intentó sin éxito la adquisición de la red de fuera de Cataluña de CX, ha desistido finalmente de estar presente en la última ronda de la subasta. Pese a que Santander y Caixabank se perfilan como los favoritos, algunas fuentes del sector, no descartan que Societe Generale pueda dar la sorpresa.
El fondo de rescate espera anunciar el nombre del nuevo comprador entre lunes y martes de la próxima semana, según ha confirmado el propio Carrascosa, salvo que una de las cuatro ofertas que se presentan este viernes sea sustancialmente mejor que el resto. En caso de dos pujas con condiciones similares, la resolución final podría demorarse un par de días más, hasta jueves o viernes próximo.
Las contingencias que cubrirá el FROB con estas garantías, que podrían prolongarse por un plazo de 10 años si se cumple el esquema aplicado en Novagalicia, protegerán al comprador de las reclamaciones por los productos híbridos (preferentes y deuda subordinada), los posibles desfases en la valoración de los activos traspasados al banco malo, el impacto de una posible eliminación de las cláusulas suelo y reclamaciones por swaps. Además, el FROB también cubrirá la posible indemnización por la ruptura del contrato de bancaseguros que Catalunya Caixa tiene firmado con Mapfre desde 2010. Este es uno de los asuntos que más preocupa a los compradores de la entidad catalana.
El acuerdo de bancaseguros que firmaron en 2010 las antiguas cajas catalana con esta multinacional contempla la posibilidad de que Mapfre revenda este negocio a la entidad en caso de su privatización. Mapfre tiene derecho a vender sus acciones por el 110% del precio pagado en su día (o el 110% del valor de mercado, si fuese superior). La operación supuso unos ingresos para Catalunya Caixa de 534 millones, de los que Mapfre ya ha pagado 427 millones, por lo que en caso de ejecutar su opción, la aseguradora tendría que recibir 609 millones. Mapfre también cuenta con esta opción de venta si la entidad catalana reduce en más de un 50% su red de oficinas. En este caso la compensación alcanzaría el 115% del precio pactado en la operación.
CX, el gran saco roto del FROB
Estas ayudas, a las que el FROB se refiere como garantías, engordarán aún más el dinero público inyectado a Catalunya Caixa desde el inicio de la crisis. En total, las diferentes aportaciones del FROB, a través de la primera y segunda líneas de ayudas estatales, junto al rescate bancario europeo, elevan los recursos públicos inyectados en Catalunya Caixa a 12.052 millones. A esta cantidad, hay que sumar la última aportación del FROB para cerrar la venta de la cartera de hipotecas tóxicas de la entidad catalana.
El fondo de rescate ha tenido que aportar 572 millones a un fondo de titulización de activos. El Estado solo recuperará parte de ese dinero si antes Blackstone, el ganador de la subasta de las hipotecas subprimede CX, logra un rentabilidad del 13% por su inversión. Este apoyo público a Catalunya Caixa se añade a los 12.052 millones que el Estado inyectó en la entidad para evitar su quiebra, por lo que la factura supera ya los 12.600 millones.
La creación de un fondo de titulación de activos hará que la transferencia de la cartera de hipotecas de Catalunya Caixa no suponga "ningún impacto patrimonial" para la entidad. Esta tendrá dos tipos de bonos, los de clase A (senior), suscritos por Blackstone, y los de clase B, subordinados a los primeros y suscritos por el FROB. Los bonos senior recibirán un rendimiento hasta alcanzar el nivel de rentabilidad del 13% acordado, "aunque no garantizado". Una vez alcanzado este punto, el rendimiento adicional permitirá el pago al FROB por sus bonos, que "podrá beneficiarse de una mejora en el comportamiento de dicha cartera". En el caso de que el comportamiento fuera peor, "dicha cartera no supondrá pérdidas adicionales para el FROB.
La entidad catalana es un auténtico saco roto para el fondo de rescate. A cierre de 2013, según el reciente informe anual del FROB, la institución dirigida por Carrascosa pierde ya más dinero con la entidad catalana que con Bankia, pese a que Catalunya Caixa tiene un tamaño cuatro veces menor. Desde el inicio de la crisis, el FROB ha inyectado un total de 12.052 millones en CX, divididos en tres tramos: 1.250 millones (primera tanda de ayudas conocidas como FROB 1), otros 1.718 millones (FROB 2) y los 9.084 millones recibidos tras la nacionalización. A 31 de diciembre pasado, la participación del fondo de rescate se ha depreciado en 10.194 millones, un 85% del capital invertido. Por contra, si se contabiliza todo el capital inyectado a Bankia desde 2008, en total 22.423 millones, el FROB ha perdido el 68%, ya que tiene contabilizada esta participación en 9.294 millones. En ese apunte contable no está incluido los 1.304 millones recuperados por el FROB por la venta de un 7,5% de Bankia, que significó el principio de su privatización.
Las distancias entre Bankia y Catalunya Caixa se agudizan si se compara las pérdidas que lleva contabilizado el FROB con las ayudas invertidas tras la nacionalización de cada una de estas entidades. Así, el fondo inyectó 9.084 millones para rescatar en 2012 a la entidad catalana de los que ya ha perdido contablemente un total de 7.226 millones. En definitiva, un 79,5% de las ayudas invertidas tras su nacionalización. En el caso de Bankia, la participación del FROB se ha deteriorado, desde 2012, en 8.467 millones de los 17.959 millones inyectados, un 47,1%. En 2013, por primera vez desde que empezó a recibir ayudas, Bankia logró mejorar su valoración en 709 millones. Por contra, la participación de la entidad catalana ha sufrido un deterioro de 552 millones durante el pasado ejercicio.
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