No ha habido concreción. Es la crítica de los sindicatos al Gobierno una vez que este lunes ha arrancado la mesa de negociación de la nueva pata de la reforma de las pensiones que el Gobierno tiene que tener lista en diciembre: se trata de la ampliación del periodo de cómputo y de las bases de cotización máximas. Que una cuestión espinosa para UGT y CCOO, además de Podemos, el aumento de los años del cálculo, se negocie con otra de su agrado, la de las bases de negociación, lleva a anticipar que la estrategia del ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, va a ser tratar de compensar con ésta el rechazo a la primera.
Pero de momento, desde UGT constatan que no ha habido novedades, y desde CCOO advierten de que "las propuestas sobre la ampliación del periodo de cálculo que se están trasladando no se concretan y se dicen neutras en términos presupuestarios sin que se haya aportado propuesta alguna para evaluarlo". A esto añade CCOO el aviso de que ha señalado que "esta materia no se corresponde con las últimas recomendaciones del Pacto de Toledo, como han puesto de manifiesto hoy todos los interlocutores sociales y tenemos serias dudas sobre su aceptación en el seno de la mayoría que compone y sustenta el Gobierno de coalición".
Respecto a la primera, Escrivá ha señalado esta mañana en RNE que en esta última ronda de negociaciones con los agentes sociales para culminar la reforma de pensiones se abordará cómo ayudar a mejorar la equidad del sistema a la hora de calcular la pensión en las nuevas carreras profesionales, que ya no son las tradicionales. Se trata de un asunto muy polémico porque puede suponer un recorte de la pensión. En ese sentido, ha contado hasta la fecha con la oposición de Podemos y de los sindicatos, que han dicho que "no tienen una línea roja, sino diez líneas rojas con este asunto".
La oposición de Podemos ha sido si cabe más frontal y viene de lejos. Ya Pablo Iglesias realizó una marcaje intenso a Escrivá cuando se filtró un borrador de Inclusión que planteaba aumentar de los 25 a los 35 años el periodo de cálculo de las pensiones, cuya autoría el ministro se apresuró a negar.
Desde Unidas Podemos, a través de diversos cargos, han reiterado que un aumento de los años de cómputo de la pensión suponía un recorte "incomprensible" del 5% de las pensiones y que llevar a cabo un planteamiento así supondría incumplir el acuerdo de gobierno con el PSOE. En ese sentido, apuntaron que no creían que llegaría al Congreso y que, en caso de ser así, en ningún caso lo apoyarían.
El ministro, que ha descartado que se vaya a ampliar de 25 a 35 años el periodo que se toma en cuenta para determinar la cuantía de la pensión, ha explicado que, para uno de cada tres trabajadores, los mejores años de cotización ya no son los últimos de su carrera laboral, como sí sucedía anteriormente.
Por eso, y a fin de mejorar la equidad del sistema, cree que "hay que dar una vuelta a esto" y analizar con los agentes sociales si se puede actuar sobre el periodo de cálculo de la pensión y al mismo tiempo "destruir los peores años de cotización" y dar un mejor tratamiento a las lagunas de cotización (periodos en los que no se cotiza por no estar empleado).
En el Plan de Recuperación enviado a Bruselas, se contempla "adecuar a la realidad actual de las carreras profesionales el período de cómputo … contemplando la posibilidad de elección de los años a integrar en la base reguladora en las carreras más largas", a lo que se añade una revisión del procedimiento de integración de lagunas en la carrera profesional.
"Rechazamos ampliar el período de cotización para el cálculo de la pensión puesto que supondría un recorte, a pesar del elemento corrector planteado para eliminar los dos peores años", ha afirmado Mariano Hoya, vicesecretario de Política General de política Sindical de UGT, a Capital Radio.
En cuanto a destopar las pensiones máximas, esto es, subir progresivamente la base máxima de cotización y al mismo tiempo, elevar también la pensión correspondiente a base máxima de cotización, aunque su aplicación se hará progresivamente en las próximas tres décadas. Escrivá considera que que la pensión máxima en España es relativamente baja en comparación con la de otros países y que un incremento suave, acompañado de un aumento de la base máxima, incrementará también los ingresos del sistema en la décadas de los 30 y los 40, que es donde el sistema de pensiones sufrirá más tensiones demográficas.
Frentes abiertos
Escrivá ha subrayado que la pensión máxima en España es "relativamente baja" en comparación con la de otros países y ha indicado que si ésta se eleva "de forma suave" al tiempo que se incrementa la base máxima, aumentarán los ingresos del sistema en las décadas de los 30 y los 40, que es donde el sistema sufrirá "un poco más de tensión" por la demografía.
"Lo que hay que hacer es elevar progresivamente esa pensión máxima y al mismo tiempo, de forma análoga, aumentar la cotización en la base máxima. Si eso lo hacemos de forma gradual y suave, como tenemos previsto y lo vamos a plantear hoy a los agentes sociales, eso tiene la virtualidad, desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema de pensiones, de que aumentará la recaudación en términos de cotizaciones sociales", ha explicado.
UGT es favorable a esta reforma, ya que "es una reivindicación del sindicatos desde hace años y sería un elemento recaudador interesante que quienes más cobren coticen más", ha explicado Hoya.
Sin embargo, son varios los frentes abiertos. El pasado 9 de junio, Podemos salvó in extremis los planes de pensiones de Escrivá a cambio de una futura supresión del límite a las cotizaciones máximas. Los morados avisaron a Escrivá de que "ha jugado con fuego", pero apoyaron la ley porque decían que tienen el compromiso de que hará el destope. El Gobierno negó el acuerdo y dijo que sólo subirá las bases como prometió a Bruselas en el Plan de Recuperación.
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