La Comisión Europea revisa las propuestas que le han llegado para reformar el mercado de electricidad, que tantos quebraderos de cabeza ha dado en esta crisis energética. La propuesta española ha sido una de las que más ruido ha generado porque propone, entre otras cosas, intervenir aún más el mercado de forma estatal para controlar el alza de precios. Instituciones como BusinessEurope ha puesto en contacto con Bruselas para que olvide esta opción.
La organización patronal europea, creada por organizaciones patronales nacionales como la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), defiende que las empresas necesitan las condiciones adecuadas para realizar las inversiones necesarias en consonancia con los objetivos climáticos de la UE.
“Se debe reforzar la competitividad de Europa a través de nuestro mercado único al tiempo que se persigue una transición ecológica es una cuestión de emergencia y debe ser el principio central de la próxima reforma del diseño del mercado de la electricidad de la UE”, defiende su carta como mensaje hacia aquellos que abogan por una mayor intervención del mercado..
Esta CEOE ‘europea’ ve prioritario que esta reforma refuerce la seguridad del suministro. “La actual crisis energética ha puesto de relieve la seguridad del suministro, a menudo olvidada. Aunque deberíamos seguir confiando principalmente en un enfoque basado en el mercado, la mayoría de las inversiones en nueva capacidad de generación de los últimos años se han basado en subvenciones o en Acuerdos de Compra de Energía (PPA)”, detalla su propuesta.
Business Europea también ve clave en este proceso que se complete la integración del mercado mediante el comercio transfronterizo. Según la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), los beneficios del comercio transfronterizo ascienden a 34.000 millones de euros al año.
“Estos beneficios deben aprovecharse aún más, por ejemplo invirtiendo masivamente en todas las infraestructuras necesarias, incluidas redes, interconectores y almacenamiento. El comercio transfronterizo no sólo aporta beneficios monetarios, sino que también es esencial para garantizar la seguridad del suministro”, detallan.
Otro de los objetivos en la patronal es limitar el impacto de los altos precios del gas en los precios al consumo de la electricidad reforzando el mercado a largo plazo. Consideran que el actual mecanismo de fijación de precios garantiza la eficiencia a corto plazo e incentiva las inversiones en generación renovable y de baja emisión de carbono, un mercado preparado para el futuro debería proporcionar señales más claras a largo plazo para las inversiones.
“En este sentido, ofrecer más oportunidades de cobertura a los consumidores a través de contratos a largo plazo es una buena idea para esta reforma y contribuirá a reducir la influencia de las oscilaciones del precio del gas en los precios al consumo”, detallan en su ‘Position Paper’ enviado a la Comisión Europea.
Incentivar las inversiones en la reforma
Un mercado preparado para el futuro, con una cuota creciente de producción renovable, deberá complementarse con un uso cada vez mayor de tecnologías específicas de almacenamiento y flexibilidad de la oferta y la demanda.
Serán necesarias más inversiones en flexibilidad para frenar el impacto de la volatilidad potencial de los precios y ofrecer visibilidad a los consumidores y las empresas. Además, la flexibilidad adicional por el lado de la oferta y la demanda podría respaldarse con incentivos de mercado adecuados.
Capacitar a los consumidores
La liberalización del mercado de la electricidad ha dado lugar a un aumento del papel de los consumidores y de su autoproducción, lo cual es bienvenido. Cumplir los objetivos de descarbonización requerirá un mayor papel de los consumidores, incluidos los industriales, a medio y largo plazo, lo que debe ir acompañado de infraestructuras adecuadas y soluciones basadas en el mercado.
Para reforzar el papel del consumidor industrial, es necesario adoptar medidas que favorezcan los acuerdos entre empresas de todos los tamaños y ampliar la participación en las comunidades de energías renovables (modificando la definición de la Directiva 2018/2001) a las empresas pertenecientes a un mismo clúster industrial o cadena de valor.
Su carta a Bruselas defiende, básicamente, que las empresas necesitan las condiciones adecuadas para realizar las inversiones necesarias en consonancia con los objetivos climáticos de la UE. Cualquier revisión de las normas del mercado europeo de la electricidad debería considerar estos elementos como punto de partida de la reforma.
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