"No lo compartimos, estamos en contra de todo lo que sea intervención", ha dicho, rotundo, Antonio Garamendi, presidente de CEOE, en la firma del acuerdo salarial con UGT y CCOO, preguntado por el Observatorio de beneficios de las empresas que promueve CCOO y al que se ha sumado UGT y que el Gobierno ahora quiere impulsar.
"Habría que ver cuando se habla de expertos, de qué hablamos, se coloca a expertos que interesan, de parte. Para eso está la negociación colectiva. No compartimos ese Observatorio si está para que el Gobierno nos diga qué hacer", ha remachado el presidente de la patronal tras la firma de un pacto al que no ha acudido ningún miembro del Gobierno.
"No hay un veto de nadie ni contra nadie, queremos poner en valor el diálogo social, sin adanismos, llevamos 45 años de acuerdos", ha dicho Garamendi en alusión a la apropiación del Gobierno del acuerdo.
Por su parte, Pepe Álvarez y Unai Sordo, secretario generales de UGT y CCOO, respectivamente, han asegurado que no renuncian a nada, en referencia a la ausencia de 2022 del pacto y a que no se ligue a márgenes empresariales. Sin embargo, han trasladado que no tienen noticias del Gobierno sobre el Observatorio de beneficios, que han desvinculado ya del acuerdo de salarios, aunque han planteado que les gustaría que se desarrollara aparte, en aras de la "transparencia".
El acuerdo salarial con los sindicatos se alcanzó el viernes para subir salarios en convenio un 4% para 2023 y un 3% para 2024 y 2025, respectivamente, con una cláusula de revisión con aumentos de hasta el 1% si la inflación fuera superior.
El Comité Ejecutivo de CEOE avaló el acuerdo este lunes, al igual que la directiva de UGT, ambos por unanimidad. El aval de CCOO se produjo este martes, sólo con un voto en contra y una abstención.
Un año después de que se frustrara la mesa de negociación, las centrales sindicales y CEOE pactaron el viernes un alza de un 10% en tres años que en principio deja fuera 2022.
Los detalles de la firma de CEOE y sindicatos
El texto aborda cuestiones como de unas relaciones laborales más democráticas en las empresas como es la trasformación tecnológica y digital, la igualdad entre hombres y mujeres, aspectos de protección de la salud de las personas trabajadoras, teletrabajo, desconexión digital, protección de la diversidad y el colectivo LGTBI, y reivindicación de una jubilación parcial a través del contrato de relevo o la apuesta por los ERTE o el mecanismo RED con instrumentos alternativos a la destrucción de puestos de trabajo.
Los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y UGT, Pepe Álvarez, declararon en la tarde del viernes que el acuerdo estaba casi cerrado. Tiene efectos desde enero para 2023. Según Sordo, las centrales van a seguir intentando que afecte a 2022, lo que de momento queda descartado.
El pacto llegó cuatro días después del 1 de mayo, de cara al cual los sindicatos hicieron bandera de que la patronal se negaba a negociar, aunque el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, venía señalando que había conversaciones discretas.
La mesa fracasó el 5 de mayo de 2022 y desde entonces de cara a la negociación del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) sólo había habido encuentros informales y sin propuestas que trascendieran únicamente desde el pasado enero. El AENC es una recomendación de patronal y sindicatos a las mesas de negociación de los convenios que sirve de guía. Según Sordo, es más de una recomendación, tiene un matiz "obligacional", un compromiso, aunque no sea de cumplimiento obligatorio.
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