Las cerveceras son optimistas respecto al cierre del año. Pese a haber sido uno de los sectores económicos más golpeados por la pandemia, por su fuerte vinculación con la hostelería, las fábricas de cerveza prevén haber vendido a cierre del ejercicio tanto volumen como en 2019.
Así lo explica el director general de Cerveceros de España, Jacobo Olalla, que apunta no obstante a las "tensiones" que existen relacionadas con la guerra de Ucrania -sobre todo por su importancia en el cereal-, como con los problemas de abastecimiento (aluminio, envases) o el incremento de los costes. "Existe desconfianza en el futuro de la economía y podemos prever un año complicado, pero nuestros datos serán positivos", comenta en conversación con Vozpópuli.
En un contexto de inflación disparada, Olalla recalca que su impacto en el sector cervecero es notorio. "La inflación es mala para la economía, pero sobre todo es mala para el consumidor, muy especialmente para el consumidor de cerveza", indica. A su juicio, la inflación "detrae de la renta disponible una cantidad importante de lo que tenemos para nuestros gastos. La cerveza es una bebida tremendamente trasversal, la consumen todas las clases sociales, y la falta de disponibilidad que produce directamente la inflación junto con la pérdida de confianza del consumidor en la economía nacional es una mala noticia porque retrae el consumo en hostelería", reseña.
"La caña de cerveza -apunta- es uno de los parámetros que mide la confianza del consumidor en la economía. Esperamos no vuelva a ocurrir como pasó en la anterior crisis, pero tememos un impacto en el consumo", insiste Olalla.
Pese a este temor, y con la recuperación inminente del turismo extranjero, las cerveceras prevén que sus ventas mantengan una tendencia de crecimiento. No en vano, entre el 20% y el 25% de toda la cerveza que se consume en España pertenece a clientes de otros países.
"Si la situación económica no empeora y se consigue corregir la inflación, recuperaremos los niveles de consumo", asegura el director general. Cabe destacar que el 70% de la cerveza se consume en los bares (frente al 30% en hogares), y llega a suponer entre un 25% y un 40% de los ingresos de estos establecimientos, según su tamaño.
Las cerveceras miran a la exportación
La recuperación del turista es esencial, además, para que la imagen de las cerveceras españolas siga ganando peso fuera del país. En los últimos diez años, recogen las cifras de Cerveceros de España, las exportaciones han crecido a un ritmo de dos dígitos.
En 2020, de hecho, con la caída del consumo disparada en España, las exportaciones de cerveza crecieron un 19% respecto al año anterior, situándose en 3,7 millones de hectolitros. Según adelanta Olalla, este año "no solamente hemos recuperado la exportación prepandemia, sino que la hemos superado. Cada vez se buscan más marcas españolas en el mercado, gracias también a los turistas que vienen aquí y luego demandan este producto en su país de origen".
A nivel europeo, según los últimos datos disponibles que facilita Cerveceros, España ocupó en 2019 el tercer puesto en cuanto a producción de cerveza, tras elaborar 39,5 millones de hectolitros, solo por detrás de Alemania y Polonia. En comparación con el resto del mundo, España es el décimo productor de cerveza.
Cien años después del nacimiento de Cerveceros de España, la patronal que agrupa a los productores de este líquido, los retos del sector han dado un vuelco, aunque mantienen denominadores comunes como la salida de una crisis o la falta de materias primas. El último fin de semana de mayo, Madrid acogerá la feria País de Cervezas, donde medio centenar de productores presentarán sus creaciones.
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