La quita final de los depósitos no garantizados del Banco de Chipre, el mayor del país, será del 47,5%, según el acuerdo alcanzado por la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea) y el Gobierno de Nicosia anunciado este lunes por el Ejecutivo.
En su decreto de marzo, el Banco Central había establecido para una fase inicial una quita del 37,5% para los depósitos del Banco de Chipre que superaran 100.000 euros, porcentaje que ya ha sido transformado en acciones del banco. Además, otro 22,5% de los depósitos no garantizados había sido bloqueado a la espera de que se hiciera una valoración definitiva sobre cuál sería el monto final necesario para garantizar la solvencia, lo que elevaba el riesgo de la quita al 60%.
"La tasa es significativamente inferior a la previsión original de hace cuatro meses. Este es un desarrollo positivo para la economía del país y los depositantes afectados", ha señalado el viceportavoz del Gobierno, Víctor Papadópulos. Con esta decisión, ha añadido, se da un paso importante para que el Banco de Chipre pueda abandonar el estatus de reestructuración y para que la nueva directiva pueda empezar a funcionar con normalidad. Al abandonar el estatus de "reestructuración" se sientan las bases para una normalización paulatina del sistema bancario chipriota, sometido a estrictos controles del movimiento de capitales desde el pasado mes de marzo.
La decisión sobre la cuantía de la quita llegó después de que la troika y las autoridades chipriotas analizaran el informe de la auditoría KPMG de Londres sobre los activos del banco. La troika internacional, que inició el pasado día 17 su primera misión de evaluación del programa de ajuste chipriota, analizó también las cuentas de Banco Popular (Laiki), cuyos activos quedaron divididos en un banco malo y uno bueno -estos últimos integrados en el Banco de Chipre- tras decidirse su liquidación en marzo.
Además de los depósitos garantizados, es decir inferiores a 100.000 euros, los créditos y otros activos de buena calidad, el Banco de Chipre asumió la deuda los 9.000 millones de euros que Laiki tenía a través del mecanismo de Financiación de Emergencia. Se espera que, una vez concluido este proceso de reestructuración bancaria, que también incluye cambios en los bancos cooperativos, se podrá llevar a cabo un mayor relajamiento de las restricciones bancarias, impuestas en abril pasado a todos los institutos de crédito del país para prevenir una huida incontrolada de depósitos.
La directora de la Comisión del Mercado de Valores de Chipre, Dimitra Kaloyiru, afirmó recientemente que espera que el Banco de Chipre pueda volver a cotizar en Bolsa en octubre, tras quedar en suspenso su cotización en abril pasado, al estallar la crisis bancaria.
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