El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, ha rechazado este viernes categóricamente la salida de su país del euro, como la han sugerido algunos políticos y círculos financieros. "No tenemos ninguna intención de salirnos del euro", ha dicho Anastasiadis en la conferencia anual del sindicato de empleados públicos, para añadir que "en ningún caso se va a experimentar con el futuro de nuestro país", informa Efe.
El presidente ha subrayado que lo que debe hacer Chipre ahora es acometer reformas para reducir drásticamente el gasto público. Eso no significa, ha precisado, que haya que reducir salarios. Anastasiadis ha dicho que hace un mes, cuando se hizo cargo de la presidencia de Chipre, asumió "un Estado en bancarrota" y que desde entones el nuevo Gobierno se ha esforzado por garantizar la subsistencia de la economía.
Durante nueve meses, ha explicado, se sabía que el Banco Popular (Laiki) estaba en quiebra y se aplazó la toma de decisiones para que las tomara el nuevo Gobierno, todo ello a pesar de que la deuda del banco había alcanzado 11.000 millones de euros. Uno de los acuerdos sellados con la troika sobre la reestructuración del sector bancario chipriota, contempla la liquidación del Banco Popular.
Anastasiadis ha respondido con ello al planteamiento de si Chipre debe buscar soluciones fuera de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional) y de la eurozona, en vista de que su economía depende en gran medida del sector bancario.
Críticas
El presidente del Parlamento, el socialdemócrata Yannakis Omiru, ha insistido este viernes en que Chipre no debe permitir que la troika le ponga "cadenas". En la misma asamblea sindical, Omiru ha sostenido que a su juicio no debe haber ninguna duda ante el planteamiento de si Chipre debe "aceptar condiciones degradantes, que conducirán a la esclavitud continuada de las personas y de nuestro país" o buscar soluciones alternativas.
Pese a su posición como presidente del Parlamento, Omiru ha estado lanzando estos días duros ataques contra el acuerdo alcanzado entre el Gobierno del conservador Anastasiadis y el Eurogrupo que prevé una amplia reestructuración del sector bancario a cambio del rescate. A juicio de Omiru, el acuerdo conlleva el riesgo de que la economía chipriota caiga en un círculo vicioso de recesión, desempleo, cierre de empresas, pobreza y miseria social.
También el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), principal asociación banquera mundial, contempla la "posibilidad real" de una salida del euro tras el programa acordado con la troika. "Este es el primer caso en el que podemos ver un formato de salida (del euro) como una posibilidad real", dijo Philip Suttle, economista jefe del IIF en una conferencia de prensa celebrada ayer jueves en Washington, y agregó que sería "mucho más fácil" para un país pequeño como Chipre.
"Chipre padece todos las cargas asociadas (...) con estar en el euro, pero ninguno de los beneficios", dijo Suttle en alusión a que el coste del rescate y de permanecer en el euro es una fuerte depreciación de los depósitos bancarios y previsiblemente una grave recesión.
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