El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, ha alertado de un repunte histórico de las reclamaciones por fraude financiero en los últimos meses y ha avanzado que el supervisor de los mercados está trabajando con el Ministerio de Asuntos Económicos y otras instituciones para mejorar la investigación y persecución de conductas fraudulentas relativas a servicios financieros.
Así lo ha indicado durante su intervención en el seminario 'La economía de la pandemia' organizado por APIE y la UIMP en Santander, donde ha cuantificado en 800 millones de euros los daños reclamados. Estas querellas presentadas, unidas al "pico histórico" del número de consultas y las comunicaciones al canal de denuncias de la CNMV entre febrero y mayo ligadas a entidades no autorizadas, muestran un repunte de este fenómeno, que se ha acelerado con la pandemia del coronavirus.
Según ha explicado, la CNMV ha detectado en los últimos meses un pico en las consultas y reclamaciones que recibe sobre este tipo de conductas, que en ocasiones son "actividades ilícitas e incluso delictivas". En muchos casos, estas ofertas de inversión fraudulentas están relacionadas con criptoactivos, por ser "el activo de moda del momento".
Colaborar para mejorar
Dado ese incremento del riesgo, el presidente del organismo supervisor ha explicado que las distintas entidades públicas y privadas deben colaborar para mejorar la protección de los inversores.
En este sentido, ha avanzado que la CNMV ha tenido ya contactos con el Ministerio de Asuntos Económicos, donde ha identificado "apoyo y convencimiento sobre la necesidad de prestar atención a este aspecto". "Estamos empezando a tener contactos con otras instituciones del Estado, espero que en los próximos meses veamos algunas iniciativas", ha apuntado Buenaventura, en línea con el anuncio de la vicepresidenta Nadia Calviño sobre un plan contra el fraude en coordinación con los supervisores.
Buenaventura no ha querido concretar las medidas que se tomarán, pero ha apuntado a algunas dirigidas a mejorar el empoderamiento de los ciudadanos para detectar los episodios de fraude, medidas de información y difusión para que los ciudadanos aprendan a distinguir entre una oferta fraudulenta de una legítima y regulada, y otras encaminadas a mejorar los mecanismos de detección temprana de los episodios de fraude financiero.
"El fraude financiero es como un globo, va creciendo y la cuestión es pincharlo lo antes posible, porque nunca vamos a ser capaces de erradicar la conducta. De lo que se trata es de detectarla antes de que adquiera una dimensión en la que el daño social sea muy importante", ha explicado.
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