Diversos estudios apuntan a un creciente interés de los españoles por el coche eléctrico, y la búsqueda de información y ofertas ha aumentado de manera notable en los últimos meses, pero a la hora de la verdad el precio sigue siendo la principal barrera para su compra. Por encima incluso de las infraestructuras de recarga, insuficientes a todas luces pero que van aumentando poco a poco, sobre todo en las grandes ciudades y cada vez en más hogares ante las ayudas que ya existen para la instalación de puntos nuevos.
Y es que el precio medio de un coche eléctrico se sitúa un 54% por encima que el de su alternativa con un motor de combustión convencional de gasolina o de diésel, mientras que el sobrecoste de un coche híbrido está entorno a un 23%. En este sentido, el sobrecoste varía en función del segmento del automóvil. Así, un vehículo eléctrico de segmento medio-alto supone un 75% más que su variante de combustión, mientras que uno del segmento medio es hasta un 94% más caro que uno de diésel o de gasolina. Sin embargo, un eléctrico de tamaño compacto es solo un 20% más caro y un modelo pequeño es un 42% más caro.
En el caso de los híbridos ocurre algo similar, costando un 48% más los modelos de segmento medio-alto, un 21% más los de gama media, un 15% más los de segmento medio-bajo y un 7% los modelos más pequeños. En este sentido, el estudio realizado por el portal coches.com ha destacado que en este 2020, y especialmente después del confinamiento, el interés generado por los vehículos sostenibles se ha incrementado, ya que sus búsquedas crecieron un 65% en un año.
Por tipo de vehículos, las búsquedas de coches 100% eléctricos subieron un 88%, mientras que las de coches híbridos lo han hecho un 44%. Sin embargo, el principal foco de atención del mercado de coches ecológicos sigue siendo el coche híbrido, con un 82% de solicitudes frente a un 18% del eléctrico.
El estudio recoge que los coches híbridos no solo son más relevantes en intención de compra, sino que su conversión a compra real es muy superior a la de los eléctricos. Estos últimos solo convierten en venta el 47,7% de las solicitudes de información, porque sus potenciales compradores finalmente se deciden por un coche no ecológico. En el caso de los híbridos, el ratio de éxito es de casi un 62%.
Según la firma, una de las principales barreras de compra de un vehículo eléctrico sigue siendo el precio, a pesar de que un menor uso del transporte público, un aumento de la conciencia ecológica y las ayudas del Gobierno son algunos de los factores que animan a los españoles a hacerse con un modelo 'cero emisiones'.
Menor economía de uso
Y aunque siguen siendo más caros en el momento de la adquisición y se frena por ello mucho la compra, también es cierto que la bajada de precios que poco a poco se va dando puede acabar por aumentar el interés real de compra, asociado en buena parte a que el mantenimiento de este tipo de coches es mucho más económico que uno de combustión, hasta un 30% por debajo, según datos de la marca Peugeot, que asegura que un modelo 'cero emisiones' genera "importantes ahorros" a lo largo de su vida útil respecto a un modelo de gasolina o de diésel.
Destaca, por ejemplo, que el coste de la energía necesaria para recorrer 100 kilómetros con un e-208 varía entre 0,55 y 2,04 euros, frente a los 5,2 euros que necesita su misma versión diésel equivalente y más todavía si se habla de un motor de gasolina. Otro importante factor a tener en cuenta es el mantenimiento, aspecto en el que el eléctrico también es más económico, muy avanzados tecnológicamente, pero mecánicamente resultan mucho más sencillos.
Un automóvil convencional tiene alrededor de 30.000 piezas y uno eléctrico casi un 60% menos. Además, la mayor parte de este ahorro de componentes viene del propulsor, "infinitamente más sencillo" en el caso de los 'cero emisiones'. El motor eléctrico de un coche básicamente cuenta con un eje, un rotor, el bobinado, las escobillas, los cojinetes, el estator y la carcasa. Y solo tiene una parte móvil: el rotor. Un motor gasolina o diésel cuenta con una ingente cantidad de piezas, muchas de ellas móviles y, por lo tanto, sometidas a desgaste.
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