Una broma recurrente estos días de confinamiento por el coronavirus es: "Con las vueltas del supermercado me he comprado un barril de petróleo". Un chascarrillo que se produce porque esta semana el Brent, barril de referencia Europeo, se ha situado en mínimo de 21 años (15,99 dólares) y el West Texas, el barrill estadounidense, ha tocado precios negativos. Aunque ya este miércoles estos precios han empezado a estabilizarse, la crisis sanitaria ha bloqueado la demanda de crudo y ha provocado un colapso del deseado 'oro negro'.
Este escenario histórico ha protagonizado los titulares de la prensa económica. Algo menos las generalistas. Aunque el escenario es un arma de doble filo en los bolsillos de los españoles. Como explica el socio líder en consultoría energía de PwC, Óscar Barrero, esta ataca por dos lados. "España es un país importador de petróleo, así que afecta positivamente porque baja el precio de los carburantes, controla la inflación y mejora la balanza comercial", explica.
Con el precio de la gasolina bajo, el 'crash' del petróleo ofrece una alegría a los españoles en pleno confinamiento. Pero no hay que echar las campanas al vuelo. "El problema es que el precio del petróleo es un síntoma de la economía general. Con lo que a la gente le va a preocupar poco que el depósito del coche cueste menos, si al final no coge el coche porque no va a trabajar o de vacaciones", matiza Barrero.
"En circunstancias normales, la caída de los precios del petróleo sería beneficiosa para los hogares, ya que reduciría la inflación y, como consecuencia, aumentaría el poder adquisitivo de las familias. Sin embargo, no es lo que está sucediendo, ya que las personas no están usando sus vehículos y la mayoría de los negocios minoristas permanecen cerrados. Por tanto, hay pocas oportunidades de disfrutar de estas bajadas en los precios del crudo”, explica Keith Wade, economista jefe de Schroders.
¿Por qué se colapsa el petróleo?
El coronavirus tiene la culpa de todo. Pero con la crisis del petróleo la trazabilidad de la crisis tiene más detalle. La OPEP+, los miembros de la OPEP y otros productores independientes aliados, entre ellos Rusia y México, tardaron mucho en abandonar sus tácticas de exceso de oferta cuando llegaron a un acuerdo la semana pasada.
"Como resultado, no pudieron evitar que el mercado se acercara a la capacidad máxima de almacenamiento. Esto es especialmente cierto para el mercado de EEUU, ya que los productores de petróleo de esquisto de EEUU no están llevando a cabo ningún recorte de la producción", explica Michel Salden, director de materias primas de la gestora suiza Vontobel Asset Management.
Con este escenario, los inventarios de crudo estadounidense mostraron el mayor incremento semanal de su historia, hasta llegar a los 19 millones de barriles). Esto ha llevado a una presión de venta masiva en el contrato del WTI de mayo, el cual se comercia masivamente y que expiraba el pasado 21 de mayo. Todos los inversores buscaba la física a compradores ya que necesitan renovar su posición.
"Sin embargo, nadie quiere la entrega física del crudo simplemente porque no saben dónde ponerlo. Mientras el almacenamiento siga aumentando la presión negativa en los contratos de petróleo con fecha de vencimiento sigue siendo", recuerda Salden.
'Europa tiene buques'
En el caso del Brent, el experto considera que está menos sometido a presión ya que su contrato no expiraba ese día y porque el almacenamiento es más accesible en forma de almacenamiento flotante ( buques). "No obstante, el futuro del Brent más cercano expirará el 30 de abril y es probable que sienta cierta presión de venta, sin embargo, en menor medida que el WTI", puntualiza el experto de Vontobel.
Pero el castigo no entiende de fronteras. "La conmoción en el mercado mundial de petróleo como resultado de las restricciones del Covid-19 no tiene precedentes", recuerda Mark Lacey, gestor de materias primas de Schroders.
"Este mercado nunca ha experimentado una caída de la demanda de esta magnitud y, por lo que ya estamos viendo, esto tendrá un impacto a largo plazo en la dinámica de la oferta de la industria petrolera durante muchos años. Y a pesar de los recientes recortes en la producción, el motor más importante para cualquier recuperación será la demanda", concluye Lacey.
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