En menos de tres meses, el Gobierno de Pedro Sánchez ha logrado 'colonizar' dos instituciones independientes clave. La primera es el Banco de España, donde controla la mayoría de los puestos de la cúpula. Y la segunda es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), otro organismo clave que ha sido renovado sin contar con el principal partido de la oposición.
El PP ha sido apartado de las conversaciones para elegir a los nuevos consejeros. En esa 'exclusión' ha sido clave la 'rebelión' que protagonizó Alberto Núñez Feijóo en otoño. El líder popular ordenó a Cuca Gamarra abandonar la mesa en la que se negociaba la renovación del Banco de España, tras conocer que Sánchez había designado a un ex ministro (José Luis Escrivá) como gobernador. La retirada de Génova fue usada por Moncloa para reforzar el control sobre el Consejo de Gobierno de la institución, donde también nombró a la subgobernadora (Soledad Núñez).
El PSOE, lejos de jugar con la baza de la CNMC para tender puentes, ha preferido de nuevo aislar al PP. Ferraz se ha reservado los gestos para los socios parlamentarios que sostienen a Sánchez en el Gobierno. El gran ejemplo es el nombramiento como consejero de Pere Soler Campins, quien se sentó en el banquillo por el referéndum ilegal del 1-O. En el momento de los hechos, en octubre de 2017, era mano derecha de Josep Lluis Trapero en los Mossos d'Esquadra. Soler también ocupó cargos de responsabilidad con Artur Mas y Carles Puigdemont en la Generalitat.
El 'guiño' a Junts no es casual. El PSOE necesita a la formación independentista para sacar adelante en el Congreso el impuesto a las energéticas. Sin el apoyo del partido de Puigdemont, Moncloa se expone a que Podemos ataque por su lado a la coalición, ya que la tasa a las petroleras es una de sus grandes reivindicaciones.
El otro gesto para dirigido al PNV. En el consejo de la CNMC ingresará Enrique Monasterio, que ha sido director del Ente Vasco de Energía. Habrá otro consejero vasco, Rafael Iturriaga, con experiencia en la materia (ya ocupa un puesto de vocal en la Autoridad Vasca de Competencia).
De todos los nombramientos decididos este lunes, sale con galones de vicepresidente Ángel García Castillejo, procedente de RTVE (es director de Políticas Audiovisuales), cuya reciente renovación es otro gran ejemplo de 'colonización' política de Ferraz.
Nuevos nombramientos en 2025
La exclusión del PP en la remodelación se produce justo antes de que eche a andar la nueva Comisión Nacional de la Energía. Este organismo nace, precisamente, como escisión de la CNMC. Se trata de una medida impulsada por la exvicepresidenta tercera, Teresa Ribera. A favor del proyecto también ha 'remado' su marido, Mariano Bacigalupo, bien conectado con el Gobierno y con los organismos regulatorios.
La división implica una pérdida de poder para la CNMC. Esa consecuencia explica que hasta la propia presidenta de la institución, Cani Fernández, plantara cara. La exvicepresidenta primera, Nadia Calviño, también se posicionó en contra. Pero Ribera consiguió encauzar el proyecto. Antes de su marcha a Bruselas, el Consejo de Ministros sentó las bases para que la Comisión de la Energía arranque en la primera mitad de 2025.
En vista de los sucedido con el Banco de España y la CNMC, en Génova -y en el sector energético- se da por hecho que el Gobierno moldeará a su medida el nuevo organismo. Una vez consituido, deben designarse nueve consejeros, incluido su presidente. Ferraz podría aprovechar la nueva ocasión para recomponer relaciones con el PP. El optimismo en Génova, sin embargo, es nulo. En la sede madrileña de los populares se da por hecho que Sánchez avanzará con la 'colonización' antes de que decaiga la legislatura.
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