El último proceso de concentración bancaria no está pasando una factura demasiado elevada en materia de competencia al sector en España, como podría deducirse después de que la primera y la cuarta entidad del país (Caixabank y Bankia) decidieran fusionarse el pasado año y siguieran el camino marcado la séptima y la octava (Unicaja y Liberbank). El índice Herfindahl-Hirschman, que mide la concentración de un mercado económico y, por extensión, el nivel de competencia de sus actores, se ha mantenido prácticamente estable entre 2019 y 2020, de acuerdo con los datos del BCE de los años anteriores y la aproximación realizada con las cifras correspondientes a 2020.
Las cinco mayores entidades españolas concentraban en 2019 el 67,4% de todos los activos del sector bancario y el pasado año se movían alrededor del 63%. En 2008 representaban el 42% del total; en 2012, el 51% y llegaron a su máximo en 2018, con el 68,5%.
En 2019, España ocupaba el puesto 15 entre los 28 países de la Unión Europea, con 1.110 puntos, según el Herfindahl Index. A pesar de los nacimientos del líder indiscutible del mercado español y de la quinta entidad del país por tamaño, el índice apenas se ha movido y se situará en el entorno de esa cifra cuando el BCE dé a conocer la nueva clasificación a mediados de año. De haberse llevado a cabo la integración de Sabadell en BBVA, el índice hubiera subido por encima de los 1.310 puntos. Cualquier valor por debajo de 1.500 equivale a hablar de un mercado liberalizado. Los problemas empiezan cuando el resultado supera los 2.000 puntos. A partir de 2.500 y hasta el máximo (10.000) se empieza a hablar de oligopolios y monopolio.
El índice Herfindahl-Hirschman, que mide la concentración de un mercado económico y, por extensión, el nivel de competencia de sus actores, se ha mantenido estable entre 2019 y 2020
El índice Herfindahl-Hirschman debe su nombre a los dos economistas alemanes que, a mediados del siglo pasado, definieron cómo cuantificar el grado de competencia de un mercado de una forma númerica clara y sencilla. Para su elaboración, se toma una referencia; en el caso de la banca, los activos totales suelen ser el origen del índice para el BCE, aunque se podría hacer lo mismo sobre la base del crédito concedido o los depósitos de los clientes. Se toma el porcentaje de participación de cada banco en el mercado nacional y el número se eleva al cuadrado. Para obtener el índice basta con sumar los resultados obtenidos por cada entidad e interpretar la cifra.
Indicador de competencia
Imaginemos un país con solo tres entidades bancarias que tienen el 50%, el 30% y el 20% del mercado total. El índice Herfindahl daría un resultado de 3.800. El sistema bancario de ese país actuaría en un régimen claro de oligopolio. Pero si hubiera más actores, la cosa cambiaría. Ese mismo país, con una quincena de bancos llevando a cabo su actividad daría resultados muy diferentes. Con cuotas de mercado del 24,1%, del 14,8%, del 13%, del 6,5%, del 4,13%, del 3,51%, del 2,46% en sus ocho entidades más importantes, y así hasta niveles inferiores al 1% en los cuatro casos más pequeños, el índice Herfindahl daría un resultado final de 1.082.
Ése es, exactamente, el caso de la banca española. Los porcentajes citados en el ejemplo anterior se corresponden con la cuota de mercado de los activos que maneja cada entidad en España sobre el total. El 24,11% corresponde a Caixabank-Bankia; el 14,83%, a BBVA; el 12,95%, a Santander; el 6,52%, a Sabadell; el 4,13%, a Unicaja-Liberbank; el 3,51% a Bankinter; el 2,46%, a Abanca…
El indicador Herfindahl “castiga” las elevadas cuotas de mercado de un actor y premia la “pedrea” de las entidades más pequeñas. Pero, ¿por qué la cifra de España no ha subido después de producirse dos de las más importantes fusiones bancarias de los últimos años? Es cierto que el numerador ha subido en el último año, al concentrase buena parte del mercado en menor número de entidades. Había ocho cotizando en Bolsa y habrá seis cuando finalice la fusión Unicaja-Liberbank. La clave está en el denominador.
El 24,11% del mercado español está en manos de Caixabank-Bankia; BBVA controla el 14,83%; Santander, el 12,95%; y Sabadell, el 6,52%
En 2020, los activos totales de la banca española han aumentado de forma importante, como consecuencia de las decisiones adoptadas por el Banco Central Europeo para que la economía no se paralizase sobre la base de dinero gratis para ayudar a la economía real por la vía de los préstamos. De esta manera, los activos totales de la banca en España han pasado de 2.517.992 millones de euros a finales de 2019, a 2.736.884 millones en diciembre del pasado año, según los datos del Banco de España. Son 218.892 millones de euros más, un 8,69%, en uno de los ejercicios más difíciles vividos por el sector en los últimos decenios. De haberse mantenido los activos en niveles similares (cosa lógica, al tratarse de una paralización económica), el índice Herfindahl se hubiera situado en torno a lo 1.263 puntos.
La banca española ha ido concentrando el poder en cada vez menor número de entidades. Según los datos del Banco Central Europeo, en 2008, el índice Herfindahl estaba situado en 497 puntos. A partir de esa fecha, todo el camino recorrido ha sido cuesta arriba. En 2012, cuando Luis de Guindos, entonces ministro de Economía, logró aprobar los dos decretos que “llevan” su apellido, auspiciando las fusiones de las cajas de ahorros, primero, y luego su desaparición, la nota subió al 654. Desde entonces no ha hecho otra cosa que subir: hasta el 937 en 2016 y hasta 1.138, en 2018, el nivel máximo hasta el momento.
Hay países europeos en los que los cinco mayores bancos concentran más del 80% de toda la actividad del sector. Son los de Grecia (97%), Estonia (93%), Holanda (84,7%) o Finlandia (80,4%)
Los países con menor concentración bancaria en 2019, eran Alemania y Luxemburgo (ambos con 277 puntos), Reino Unido (349), Austria (369), Italia (643), Francia (654), Irlanda (665) y Polonia (688). En el otro extremo, con menor nivel de competencia, Estonia (2.545), Finlandia (2.420), Grecia (2.382) y Lituania (2.289). La media de los 28 países de la Unión Europea era de 1.232, cuando en 2014 estaba en 1.114. España tenía antes, y mantiene en la actualidad, las peores cifras de las cinco grandes economía de la Unón Europea.
Hay países europeos en los que los cinco mayores bancos concentran más del 80% de toda la actividad del sector. Son los de Grecia (97%), Estonia (93%), Holanda (84,7%) o Finlandia (80,4%). Hay otros donde la concentración de poder de los “big five” apenas alcanza el 27,7%. Es el caso de Luxemburgo, o de Alemania (31,2%), Reino Unido (31,2%, Italia (47,9%) o Francia (48,7%).
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