El 2020 se presenta como un año clave en materia de transporte. Por un lado, por la compra de Iberia a Air Europa, prevista para la segunda mitad del año y que supondrá un paso importante en el camino hacia la concentración de las aerolíneas europeas. El sector aéreo en España y en Europa tiende hacia el oligopolio, con el modelo estadounidense como referencia, a través de fusiones, absorciones o quiebras.
En la última década han sido muchas las compañías aéreas que han desaparecido; algunas de ellas especialmente sonadas como la española Spanair en 2012 o la británica Monarch y la alemana Air Berlin en 2017. En el grueso de los cierres se encuentran aerolíneas más pequeñas y con menos músculo financiero, como Air Madrid (2006), Futura (2008), Air Comet (2009), Gadair (2009) o Lagun Air (2009).
Pero la lista se ha alargado especialmente desde 2018, cuando cayeron la alemana Small Planet, la danesa Primera Air y la chipriota Cobalt Air. Germania y la británica Flybmi también se declararon en quiebra en febrero de 2019, a las que se sumó un mes más tarde la islandesa Wow Air o la francesa XL Airways. El último en caer ha sido el gigante Thomas Cook el pasado 23 de septiembre tras 178 años de historia.
El mercado tiene otro ojo puesto en el futuro de Norwegian
Otras aerolíneas han sido absorbidas por grupos más grandes. Rayanir compró la aerolínea fundada en 2003 por el piloto de Fórmula 1 fallecido Niki Lauda y este año Iberia se hará con el 100% de la compañía española Air Europa, perteneciente al grupo Globalia dirigido por Javier Hidalgo. Esta operación aún tiene que ser supervisada y aprobada por la Comisión Europea, quien se asegurará de que no daña al consumidor ni vulnera la libre competencia.
Tomando como referencia los datos de pasajeros de 2018 ofrecidos por Aena, el grupo IAG -al que hasta ahora pertenecen Iberia, Vueling, British Airways y Aer Lingus- movería casi 100 millones de pasajeros al año en nuestro país, más del doble que Ryanair, la aerolínea con más tráfico hasta el momento de forma independiente. En total, ese año pasaron por los aeropuertos españoles 264 millones de pasajeros, por lo que la cuota del grupo IAG alcanzaría casi el 40% del total.
El mercado tiene otro ojo puesto en el futuro de Norwegian y las dificultades financieras que sufre la compañía noruega. Su posible compra por parte de uno de los grandes grupos que dominarán el espacio aéreo en los próximos años según los expertos -Ryanair, IAG, Air France-KLM, Lufthansa, EasyJet y Wizz Air- ha sonado en varias ocasiones, lo que aumentaría aún más la concentración en el sector.
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Renfe pierde el monopolio del AVE
El sector ferroviario conduce en dirección contraria, con la liberalización de la Alta Velocidad (AVE) y la llegada de competencia para el actual operador, Renfe, en diciembre de 2020. Serán dos los operadores que entren en el transporte de pasajeros: SNCF, participada por el Estado francés y que también dejará el próximo año su posición de monopolio en el país vecino; e ILSA en alianza con la operadora italiana Trenitalia, también de capital público.
Renfe se prepara para la ofensiva y pretende tomar la delantera a sus competidores con su AVE low cost, AVLO, que se estrenará el próximo 6 de abril. Aunque su explotación no comenzará hasta Semana Santa, está previsto que en enero inicien la venta de los billetes del nuevo servicio. La compañía confía en que este nuevo servicio le genere el 20% de sus ingresos totales en un horizonte de diez años.
El AVE low cost de Renfe comenzará a prestar servicio en la línea Madrid-Barcelona, el corredor de mayor movilidad de viajeros del país y el que más competencia tiene con el avión, pero con el fin de extenderlo progresivamente al resto de la red española "paulatinamente a lo largo de 2020 y 2021".
Los billetes de la versión barata del AVE entre Madrid y Barcelona tendrán un precio que partirá de los 10 euros y será, como máximo, de 60 euros. Sin embargo, los nuevos operadores que entren en el mercado ferroviario español a finales de 2020 ya han avanzado su intención de hacerlo también con precios asequibles, lo que dificultará la estrategia de diferenciación de Renfe ante el desembarco de la competencia.
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