La inflación y la incertidumbre económica hunden las perspectivas del sector servicios, con un desplome de la confianza a niveles del verano de 2020, fuertemente lastrado por la pandemia. En pleno mes de julio, las empresas reconocieron un aumento del temor a una recesión en la segunda mitad del año y aunque la actividad siguió creciendo, lo hizo al ritmo más bajo desde marzo, asumiendo una ralentización en el negocio.
La inflación siguió siendo una preocupación importante para las empresas de servicios españolas. El Índice de gestores de compra (PMI) que elabora S&P Global Ratings publicado este miércoles revela que las facturas de la energía y de otros suministros volvieron a ser una fuente clave de presión alcista de los precios.
Las empresas también informaron de que el aumento de los salarios se estaba sumando al alza de los gastos operativos. En este sentido, las empresas volvieron a repercutir el aumento de sus precios pagados a los clientes siempre que fue posible, y los últimos datos muestran un fuerte grado de incremento de las tarifas cobradas.
"Las empresas señalaron que las presiones al alza de los precios y un entorno económico y político mundial generalmente inestable tuvieron un impacto negativo en las perspectivas. Los temores de una recesión en la segunda mitad del año fueron cada vez más habituales. El resultado neto fue una caída de la confianza hasta su nivel más bajo desde agosto de 2020", reza el informe de S&P.
La actividad se ralentiza en pleno julio
No obstante, la encuesta de julio revela una expansión continua del sector servicios de España, ya que las empresas registraron otro aumento sólido de la actividad y un incremento modesto de los nuevos pedidos. De nuevo se contrató personal adicional, lo que permitió a las empresas mantener al día las cargas de trabajo en general.
El Índice de Actividad Comercial ajustado estacionalmente, que se basa en una sola pregunta en la que se solicita a las empresas que comenten sobre la evolución de su actividad con respecto del mes anterior, se situó por encima del nivel de ausencia de cambios de 50.0 por sexto mes consecutivo en julio. Al situarse en 53.8, ligeramente por debajo de 54.0 registrado en junio, el índice señaló un aumento sólido, que de todas formas fue el más bajo desde marzo pasado.
Las empresas informaron que el inicio de nuevos proyectos combinado con unos niveles más altos de nuevos pedidos fueron los principales factores que respaldaron la actividad. Los nuevos pedidos se incrementaron por sexto mes consecutivo, aunque el último aumento fue modesto.
Las empresas encuestadas informaron de la creciente indecisión de los clientes debido al aumento de la inflación y del temor de una recesión económica
Pese a que las empresas indicaron que las ventas subyacentes se mantuvieron positivas, una caída de los nuevos pedidos procedentes del extranjero (hubo algunos indicios de que las cifras del turismo siguen siendo más bajas de lo habitual) y la creciente indecisión de los clientes a la hora de comprometerse a realizar nuevos pedidos afectaron el crecimiento.
En este sentido, continuaron contratando más trabajadores como parte de los esfuerzos para mantener al día las mayores cargas de trabajo, aunque también informaron de dificultades para encontrar personal adecuadamente cualificado.
“El sector servicios de España mostró un comportamiento positivo en julio, pero es difícil no estar un poco preocupado por el crecimiento económico en los próximos meses. Las empresas encuestadas informaron de la creciente indecisión de los clientes debido al aumento de la inflación y del temor de una recesión económica", explica Paul Smith, Economics Director de S&P Global Market Intelligence.
"Algunas de las empresas comentaron que las cifras del turismo, un importante motor de la economía española, están siendo generalmente más bajas de lo normal. En consecuencia, la confianza en el futuro se desplomó notablemente, registrando una fuerte caída mensual en comparación con junio, y se suma a la creciente posibilidad de que el sector se enfrente a un clima cada vez más desafiante en los próximos meses", añade Smith.
La industria ya sufre una contracción
En cualquier caso, todavía no se ha dado una contracción en la actividad del sector servicios, como sí ha ocurrido en el sector manufacturero. Este mismo lunes se conocía que la actividad manufacturera de España registró en julio la primera contracción desde mayo de 2020 como consecuencia del impacto sobre la demanda de la inflación y de la incertidumbre económica. La falta de nuevos pedidos tuvo un impacto negativo en la producción, que también mostró la primera contracción desde enero de 2021.
Como reflejo de la caída de la producción manufacturera por primera vez en dieciocho meses, el crecimiento económico compuesto del sector privado se debilitó en julio hasta alcanzar su nivel más bajo en seis meses de expansión. Dicha desaceleración fue revelada por el Índice Compuesto de Actividad Total, que cayó a 52.7 de 53.6 registrado en junio.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación