El mercado laboral español fue uno de los más impactados por la primera ola de la pandemia de la zona euro con un 38% de la población disponible para trabajar "total o parcialmente desocupada" en el segundo trimestre, la segunda peor cifra solo detrás de Grecia, según un informe del Banco de España.
Este porcentaje -denominado tasa de paro ampliada y que tiene en cuenta las suspensiones temporales de empleo y otros conceptos no incluidos en la definición habitual de paro- superó el 27% en el conjunto de los países de la zona del euro para los que se dispone de datos (todos excepto Alemania y Estonia), más que triplicando su tasa de paro convencional.
España e Italia, con tasas del 38% y del 32%, respectivamente, estuvieron, junto a Grecia y Chipre, por encima de la media, mientras que Portugal y Francia estuvieron ligeramente por debajo, señala el informe elaborado con datos de Eurostat.
Trabajadores a tiempo parcial
En ese porcentaje entran, además del desempleo que se tiene en cuenta de forma habitual, trabajadores en tiempo parcial que desearían trabajar más horas (subempleados), inactivos que están disponibles para trabajar pero que no pudieron buscar empleo o personas que dicen buscar empleo pero no están disponibles para trabajar además de los afectados por ERTE, explica el informe.
El Banco de España apunta que, dado el impacto de la pandemia en ese segundo trimestre de 2020, los "conceptos convencionales de empleo y desempleo no son suficientes para describir la evolución de dichos mercados".
Los programas de mantenimiento del empleo, añade, evitaron posibles despidos, sustituyéndolos por suspensiones temporales de empleo y reducciones de jornada y muchos trabajadores que perdieron su empleo no pudieron buscar trabajo debido a las restricciones de movilidad, por lo que no se consideran desempleados según la medida convencional de paro.
Así, España lideró la proporción de ocupados ausentes del empleo por suspensiones temporales, donde se engloban los ERTE, que aumentaron en casi 10 puntos frente a los 6,8 puntos de Francia o los 5,2 puntos de Italia, respectivamente.
"Más de un 18% de los ocupados se encontraban en suspensión temporal de empleo, mientras que, en los otros dos grandes países de la zona del euro para los que se dispone de datos, dicha proporción no superó el 12%", recoge el informe.
También fue mayor la intensidad de la destrucción de empleo y el aumento de los inactivos, apuntan.
"El fuerte incremento del desempleo, entendido en este sentido amplio, y las reducciones de jornada se tradujeron en un retroceso histórico del empleo en términos de horas trabajadas. Su intensidad resultó muy heterogénea por países, siendo España el principal país afectado", concluye el artículo.
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