El Consejo Fiscal Europeo, que asesora a la Comisión Europea en materia fiscal, ha advertido en un informe publicado a cierre de junio de que España es uno de los países de la Eurozona en los que el déficit en lugar de bajar del umbral actual del 2,5% del PIB se incrementará este año y el próximo.
"Si se tienen en cuenta las medidas adoptadas hasta la fecha, que no incluyen todavía las políticas incluidas en los proyectos de Presupuestos Generales de 2020, una amplia mayoría de países que necesitan consolidar sus cuentas no lo hará adecuadamente. Algunos incluso se espera que vayan en la dirección contraria (Bélgica, España, Italia, Portugal y Eslovaquia), lo que provocará una situación fiscal agregada más expansiva de lo que está permitido en el Pacto", apunta el Consejo en su análisis.
Este diagnóstico está incluido en un documento destinado a evaluar cuál es la situación fiscal de los países de la Eurozona de cara a los años 2019 y 2020.
"Esto requiere una corrección", advierte el Consejo, que insta a España a revertir esta situación y aprobar cuánto antes unos presupuestos que incluyan medidas de ingresos necesarias para poder contener el desfase presupuestario provocado por incremento del gasto. Dado el trascurso de la actividad parlamentaria y el hecho de que todavía no haya certeza sobre la formación de gobierno, todo apunta a que las cuentas que se aprobarán serán para el año 2020.
Paro y deuda
El Consejo Fiscal analiza también otras variables como el mercado laboral en los países de la zona euro. Para España pronostica que la tasa de desempleo se mantendrá alta y no conseguirá en los próximos cuatro años volver a los niveles precrisis.
Culpa también a las políticas fiscales expansivas de que España no consiga bajar su alto nivel de endeudamiento, aunque reconoce que el efecto combinado del crecimiento y los tipos de interés permitirán que bajen los niveles de deuda.
Perspectivas para Europa
Esta institución prevé que el crecimiento económico para la zona euro recupere impulso en la segunda mitad de 2019, gracias a una demanda doméstica resilente, un repunte del comercio global y una reducción de los factores negativos específicos de cada uno de los estados de mayor tamaño.
Esa conjunción de elementos positivos permitirá que el crecimiento del PIB sea del 1,5% en 2020, aunque el continente se enfrenta a importantes riesgos a la baja. "Es posible que haya más sorpresas negativas", advierte el Consejo y alude directamente a las tensiones entre China y EEUU, y entre EEUU y la Unión Europea, a la salida del Reino Unido de la UE así como al elevado endeudamiento.
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