Hace algo más de seis años, la constructora Vimac logró, junto a otras dos compañías, uno de los múltiples contratos del AVE a Galicia que se adjudicaron en aquel 2012. La información no tendría mayor relevancia si no fuera por el hecho de que uno de los socios de la compañía es Carlos Contreras, imputado por supuestas donaciones para la caja B del Partido Popular, por entonces en el Gobierno. Y también porque los nombres de Contreras y Vimac aparecen en las agendas del ex consejero de OHL Javier López Madrid, junto a una anotación que recoge el deseo de la pequeña constructora de hacerse un hueco en el negocio del AVE a Galicia. El hueco acabó apareciendo pero no junto al grupo controlado por los Villar Mir sino a la ACS de Florentino Pérez.
Según una información publicada por la Cadena SER, una de las agendas incautadas a López Madrid durante la instrucción de la 'operación Púnica', en la que figura como imputado, contiene una anotación bajo los nombres de Carlos Contreras y Vimac que reza: "Quieren hueco en el AVE de Galicia".
Un apunte recogido a continuación implica supuestamente en la operación a Rafael Catalá, por entonces secretario de Estado de Infraestructuras y posteriormente ministro de Justicia. “Rafael Catalá Sec Estado llamará para que hiciéramos hueco”, puede leerse literalmente en la agenda.
De acuerdo con la noticia de la Cadena SER, tanto Catalá como López Madrid niegan haber mantenido una conversación telefónica uno con otro. Pero lo cierto es que Vimac acabó haciéndose ese hueco deseado en los jugosos contratos de construcción del AVE a Galicia. Sin embargo, no lo hizo junto a OHL sino a ACS.
Una participación minúscula
En aquel año, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) adjudicó algo más de media docena de grandes contratos de la línea de alta velocidad entre Madrid y Galicia, por un valor conjunto que superó los 1.000 millones de euros. Como otros grandes grupos constructores, OHL sacó tajada de las licitaciones, con un contrato de unos 113 millones para el tramo del denominado Túnel del Espiño. Pero la UTE que logró llevarse la obra estaba compuesta en exclusiva por empresa del grupo OHL.
El nombre de Vimac aparece en la adjudicación de otro de los contratos del AVE gallego formalizados ese año, formando parte de una UTE liderada por Vías y Construcciones, filial de ACS especializada en el sector ferroviario, y también por Torrescamara, compañía valenciana con amplia experiencia en el ámbito (ha participado en el proyecto del AVE La Meca-Medina).
En esa UTE, que logró adjudicarse la construcción del tramo Prado-Porto por un importe de 123,2 millones de euros, Vimac contaba con una participación muy minoritaria, de apenas el 10%. Una circunstancia, la de una presencia a título prácticamente testimonial, que no es inédita en el ámbito de la contratación pública pero sí relativamente poco frecuente, que en aquel momento pasó desapercibida ante el aluvión de contratos relacionados con la alta velocidad que se estaban poniendo en juego.
Viejos fantasmas
Sin embargo, el estallido del caso de la caja B del PP, la documentación incautada en el proceso de instrucción y la anotación en la agenda de López Madrid desvelada por la SER han hecho que vuelvan a aparecer fantasmas en torno a la contratación de las obras de la red de alta velocidad, bajo sospecha en numerosas ocasiones, en especial por asuntos relacionados con sobrecostes.
ACS, el principal grupo de construcción de España por volumen de facturación, también lidera de forma clara la contratación relacionada con la alta velocidad. Aquel año se hizo con tres licitaciones del AVE gallego, a través de la mencionada Vías y Construcciones así como de otras filiales como Dragados y Tecsa. Es decir, una apuesta más que segura.
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