Una de las industrias donde más visibles se muestran ya los efectos del coronavirus es la del deporte. La suspensión del Masters de Tenis de Indian Wells en EEUU hasta nuevo aviso es la prueba cabal de que la pandemia es capaz de impedir la celebración de eventos deportivos de dimensiones multimillonarias incluso en el país más poderoso de la Tierra.
El impacto económico previsto para los 10 días de Indian Wells era de unos 350 millones de euros que han quedado ahora en el aire. Su cancelación ha generado estupor en los deportistas. No solo porque podría al menos salpicar a otros eventos de impacto similar, como el Masters de Miami o el de Montecarlo, sino porque es tan simbólica como representativa de lo que parece un terremoto que amenaza no solo al tenis sino a los cimientos del conjunto de la industria mundial del deporte, expuesta como pocas a la globalización.
You probably all heard the news. Indian Wells cancelled. We are here and still deciding what’s next. So sad for all that is happening around the world with this situation. Hopefully soon solutions from the authorities. Stay all well and safe.
— Rafa Nadal (@RafaelNadal) March 9, 2020
Un informe de SMBC Nikko Securities Inc. ya especula de hecho con el impacto económico que podría tener para Japón la cancelación de los Juegos Olímpicos, un evento para el que el país nipón ha dispuesto un presupuesto de 11.200 millones de euros. De acuerdo a la aseguradora, la suspensión del mayor evento del deporte podría tener un impacto de hasta 1,4 puntos en el Producto Interior Bruto de Japón.
El Comité Olímpico Internacional prevé tomar una decisión sobre su celebración, prevista de momento para verano, en el mes de mayo. El Gobierno japonés ha informado recientemente que el contrato de los Juegos prevé la posibilidad de que el evento se celebre en cualquier momento de 2020. Una alternativa previsible para aminorar los daños sería la de posponer su celebración hasta finales de año, con todo lo que ello igualmente implicaría para las agendas de los deportes y deportistas, en su mayor parte supeditadas a los Juegos.
Champions, Liga, Euroliga...
Paralelamente, fuentes del mundo del fútbol, el deporte que más dinero mueve en el mundo, transmiten que la batalla contra el coronavirus es ahora la "prioridad" de las autoridades que lo supervisan. La FIFA ya ha decretado suspender hasta nuevo aviso los partidos clasificatorios de marzo y julio para el Mundial de Catar 2022 en territorio asiático.
La UEFA, por su parte, evita pronunciarse sobre la celebración de la Eurocopa en su nuevo formato intercontinental prevista para verano. Aún así, es de notar que ya ha aceptado partidos a puerta cerrada de su mayor competición a nivel de clubes, la UEFA Champions League, como el del Valencia ante el Atalanta y, previsiblemente, el del Barcelona ante el Nápoles (un extremo que está teniendo su correlato también en la mayor competición europea del baloncesto, la Euroliga, mientras la NBA analiza si toma medidas).
Por la Champions, la UEFA facturó más de 2.100 millones en la temporada 2019-2020 en total, 150 millones de los cuales fueron para el club ganador. Solo el impacto, por ejemplo, para el Barça de jugar sin taquilla (a puerta cerrada) contra el Nápoles se cifra en entre 4 y 5 millones.
Los clubes españoles de primera división de fútbol facturan más de 700 millones de euros por temporada en concepto de taquilla
El Gobierno italiano ha solicitado la suspensión de la liga de fútbol en ese país, una decisión que podría llegar a España. Sanidad y el Consejo Superior de Deportes ya se muestran de acuerdo en apoyar a las Comunidades Autónomas en la toma de medidas de precaución en eventos ligados a personas que procedan de "zonas de riesgo". Desde la Generalitat de Cataluña, por ejemplo, ya consideran a Italia en su conjunto como tal.
Las medidas que se barajan en España apuntan, de momento, a que los partidos se celebren a puerta cerrada. LaLiga trabaja ya desde hace varios días con esa hipótesis, aunque el impacto será inevitable. Los clubes españoles de primera división de fútbol facturan más de 700 millones de euros por temporada en concepto de taquilla, cerca de una cuarta parte de su facturación total.
Frenos en la F1 y Moto GP
Otro gran "circo" del deporte a nivel mundial más allá del fútbol y los americanos, la Fórmula 1, avanza en una dirección similar. Fuentes conocedoras del día a día de la FIA aseguran que buena parte de la agenda de la entidad rectora del automovilismo, al igual que la de su empresa comercializadora, Liberty, se concentran en estos momentos en equilibrar la prevención del coronavirus con atenuar su impacto en un negocio ya expuesto a una nueva reglamentación financiera a partir de 2021, dirigida a acortar las distancias entre escuderías.
Por lo pronto, se han cerrado las puertas al público del Gran Premio de Bahrein, y se ha suspendido el de Vietnam, un camino este último semejante al que ha seguido el Gran Premio de Moto GP de Catar. Se estima que el impacto de este tipo de eventos (carreras de Fórmula 1 y Moto GP, que se celebran durante un fin de semana) oscilan entre los 90 y los 200 millones de euros cada uno.
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