La crisis del coronavirus va a dejar un mes de marzo negro en el mercado de las operaciones corporativas. En lo que llevamos de año, el número de operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés), capital privado y ‘venture capital’ han caído un 25% hasta las 435 y el valor de las mismas se ha desplomado la friolera de un 59,61%, hasta los 7.904 millones de euros, según los datos recopilados por la plataforma Transactional Track Record (TTR).
En enero se declararon 176 operaciones, en febrero ascendieron a 181 y en lo que llevamos de marzo apenas se han contabilizado 78 'deals'. No obstante, el mes todavía no ha terminado y es posible que esta cifra aumente a lo largo de esta semana. El año pasado, el comienzo de año también fue mejor: enero de 2019 registró 224 operaciones, en febrero fueron 176 y en marzo un total de 180.
“Si bien la actividad de cautela suele presentarse en el primer trimestre del año en los principales mercados, la volatilidad que se ha registrado en el transcurso del año en España, derivado al alto entorno de incertidumbre internacional, ha dificultado el cierre de algunos negocios proyectados para el país a inicios de 2020", explica Marcela Chacón Sierra, analista de RBI de TTR, que atribuye la caída, además de la incertidumbre generada por el coronavirus, a otros factores como la volatilidad de los precios del petróleo.
"Las expectativas de los vendedores con las ofertas de compra de posibles inversores en las últimas semanas ha frenado la capacidad de evaluar de manera efectiva los valores de algunos activos y, por consiguiente, es probable que se dilate por unos meses la dinámica activa que llevaba España en el mercado M&A", explica. "También, algunos deals pactados previamente y pendientes de cierre podrían verse afectados con cancelaciones o ajustes de importe".
En cualquier caso, la analista cree que una vez disminuya este entorno de volatilidad, los inversores que cuenten con músculo financiero suficiente podrían aprovechar la caída de precios para entrar en "sectores clave" como inmobiliario o tecnológico, que a su vez son de los "más dinámicos en el mercado transaccional" de España. "Otros actores que se verán beneficiados serán las principales firmas de capital privado, que han acumulado fondos de deuda en los últimos periodos y que podrían recuperar activos a un precio menor".
Algunas grandes operaciones que estaban sobre la mesa y que por ahora han quedado en 'stand by' son la venta de Rovensa, la antigua de Sapec Agro, con dos candidatos principales para hacerse con ella: Pamplona Capital Management y Partners Group, como desveló Vozpópuli. Esta operación ronda una valoración de 1.000 millones.
También está pendiente de cerrarse la venta de Tabacalera, actualmente en manos de Imperial Brands. La compañía inglesa espera sacar unos 1.300 millones por este activo y el mejor postor, como adelantó este diario en primicia, es la cotizada china Huabao. Ambas operaciones, según ha publicado recientemente El Economista, han quedado paralizadas hasta nuevo aviso.
El Gobierno vigila las inversiones
Hace dos semanas, el Gobierno declaró el estado de alarma y aprobó un paquete de medidas económicas que incluye el control de la entrada de capital de inversores extracomunitarios. En concreto, el Ejecutivo deberá aprobar cualquier inversión extranjera directa en cualquier empresa "cuando el inversor pase a ostentar una participación igual o superior al 10% del capital social de la sociedad española, o cuando como consecuencia de la operación societaria, acto o negocio jurídico se participe de forma efectiva en la gestión o el control de dicha sociedad".
Además, el Gobierno se ha asegurado el blindaje de prácticamente todas las empresas cotizadas tras proteger sectores que considera estratégicos como "infraestructuras críticas, ya sean físicas o virtuales, incluidas las infraestructuras de energía, transporte, agua, sanidad, comunicaciones, medios de comunicación, tratamiento o almacenamiento de datos, aeroespacial, de defensa, electoral o financiera, y las instalaciones sensibles".
Con esta decisión, el Gobierno quiere evitar que fondos internacionales y otros inversores aprovechen la debilidad del mercado para tomar posiciones en compañías españolas o lanzar opas hostiles. El Gobierno también ha aprovechado para reformar el sistema de sanciones con un tándem de las ministras Nadia Calviño y Reyes Maroto, como publicó este diario.
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