El coronavirus ha alterado los planes de Iberostar, no sólo en el negocio hotelero sino también en los juzgados. El grupo turístico mallorquín, que afronta una demanda en Estados Unidos amparada en la ley Helms-Burton por uno de sus hoteles en Cuba, se ha visto obligado a pedir una prórroga del plazo para responder a la demanda. "Iberostar se encuentra en medio de una crisis sin precedentes y le resulta extremadamente difícil prepararse o responder a la demanda", argumenta la compañía en una petición formal de ampliación del plazo a la que ha tenido acceso Vozpópuli.
La demanda, avanzada por este medio el pasado viernes, fue presentada el 8 de enero en Florida por María Dolores Canto Martí. Su antepasado Fernando Canto compró en marzo de 1909 el edificio y, en 1916, puso en marcha un hotel llamado ‘El Imperial’, que en 1961 fue confiscado por las autoridades cubanas. Su nieta, que es la que impulsa ahora el procedimiento, señala que Iberostar llegó a un acuerdo con Cuba para explotar el hotel desde noviembre de 2016.
En este sentido, y según consta en el escrito, el 26 de junio de 2019 los abogados de la familia enviaron un email al presidente de Iberostar, Miguel Fluxá, para comunicarle sus intenciones de demandar a la hotelera española si no les indemnizaban por lucrarse con este hotel. Al no obtener respuesta, en enero este aviso se materializó en forma de una demanda que la familia intentó hacer llegar a Iberostar"a través del servicio postal español" pero "la compañía rechazó el envío".
Las empresas españolas y el Gobierno se amparan en la aplicación del Estatuto de Bloqueo Comunitario, que "prohíbe cualquier actuación ante tribunales de un Estado miembro frente a un nacional comunitario por sus lícitos negocios que pueda desarrollar en una jurisdicción tercera como es Cuba". En este sentido, el Gobierno trasladó a las afectadas que todos los procedimientos que llegasen de Estados Unidos basados en la Helms-Burton serían rechazados.
Tanto es así que un mes después de ser demandada, el director comercial de Iberostar Hotels & Resorts, Finn Ackermann, aseguraba en una entrevista con Europa Press que desde la cadena no estaban "preocupados" por la aplicación de la Ley Helms-Burton. "Estamos totalmente tranquilos", señaló entonces el directivo. Cuba es uno de sus principales mercados en la actualidad, con 18 hoteles en el país caribeño. "Desde el Grupo Iberostar seguimos potenciando el crecimiento del sector turístico en el país", señaló Ackermann.
Ese mismo mes, en febrero, la familia relata que contrató a un notario español que hizo llegar la demanda a Iberostar y, aunque ésta rechazó la notificación, más tarde, el 19 de marzo, la compañía recibió la demanda formalmente a través de la empresa de paquetería DHL en su oficina de Palma de Mallorca. Desde entonces, la hotelera contaba con 21 días para responder a la misma y defenderse, pero el 7 de abril, apenas dos días antes de que finalizase el plazo, sus abogados del despacho americano Holland & Knight pidieron al juez ampliar el plazo de respuesta tres meses, hasta el 8 de julio. La hotelera también ha fichado a Bird & Bird para defenderse.
"Llega en un momento crítico"
En el escrito, Iberostar asegura que "España ha sufrido el mayor impacto de la pandemia de coronavirus en el mundo" pese a las medidas al amparo del declarado estado de alarma y aporta cifras comparativas con Italia o Estados Unidos. En este sentido, asegura que la gerencia de la compañía "está lidiando con los múltiples desafíos que han surgido como resultado de la grave situación por la que atraviesa España y las duras condiciones que enfrenta su negocio".
Todos los hoteles Iberostar en España y sus oficinas centrales permanecen cerrados mientras dure el estado de alarma. Según indica la propia compañía en el documento, esto se ha traducido en una importante pérdida de empleo. En este sentido, argumenta que "cuenta con soporte y acceso limitados a los documentos, empleados, datos e información necesarios para revisar y investigar las alegaciones afirmadas en la demanda, y reunir la información necesaria para preparar su defensa, responder a la demanda y evaluar el asunto".
Además, alega que "esta es la primera solicitud" de Iberostar de ampliar el plazo para responder a una demanda que "llega en un momento crítico en la historia de la empresa" y que ya se ha concedido por estos mismos motivos una prórroga similar a la aerolínea American Airlines, también demandada bajo la Helms-Burton. Unos razonamientos a los que el juez y los propios demandantes han dado validez, extendiéndose así los tiempos del pleito y dando oxígeno a la empresa española para actuar.
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