Economía

Nuevo apretón fiscal a Suiza, que garantiza más repatriación de capital a España

EE UU obligó a facilitar información a UBS, luego a Credit Suisse. Pero hay más países presionando. El acuerdo FACTA de intercambio de información entre países sigue su curso, lento pero inexorable. 

EE UU consiguió que UBS le facilitara datos bancarios, después de un controvertido episodio. A continuación ha ido Credit Suisse y ahora Reino Unido quiere continuar por esa senda que literalmente desmenuza el secreto bancario. Con semejante panorama, la repatriación de dinero a España, que ya se ha podido detectar de manera fehaciente, promete intensificar su potencia. 

 El pasado 10 de abril, el ministerio de Hacienda anunciaba que Alemania, Reino Unido, Italia y Francia, junto a España, se acogían al protocolo FACTA, impulsado por EE UU “para el intercambio multilateral, automático y estandarizado de información tributaria”.

En el citado documento, se reconoce que la intención es que se acojan los máximos países europeos al mismo. A su vez, EE UU está haciendo lo propio “con otros países del planeta”.

Fiscalidad en tiempo real

“Esto es un proceso lento y de perfil bajo, pero en el que se sigue trabajando”, indican fuentes cercanas a Hacienda. “Se pretende tener cada vez el acceso a los datos fiscales con la mayor rapidez”. El objetivo final es “fiscalidad internacional en tiempo real”, dicen expertos legales, a pesar de que todavía falte tiempo para eso. Pero el objetivo está marcado.

La extensión del protocolo FACTA como un mancha de aceite se traduce en que “el secreto bancario se va a quedar en nada”. Después de que EE UU haya amenazado directamente a las entidades bancarias suizas con boicotearles en su territorio si no le facilitaban información sobre contribuyentes americanos con cuentas en Suiza, sospechosos de delito fiscal, Reino Unido estudia hacer lo mismo, según reconocen prestigiosas publicaciones económicas como Forbes.

Con semejante panorama, las bancas privadas siguen aconsejando repatriar capital a los clientes que todavía mantengan cuentas en el exterior. Quienes insisten en mantener su dinero fuera lo han hecho principalmente poniendo el riesgo de ruptura del euro y posterior corralito.

Pero las garantías del Banco Central Europeo (BCE) han eliminado gran parte de ese riesgo.

Mal servicio

Por otro lado, ante la pérdida del secreto bancario que, de momento, sufren quienes se han acogido a la amnistía fiscal, los clientes que mantienen capital fuera se están dando de bruces con la floja calidad del servicio de muchas entidades.

Resulta que numerosas boutiques ofrecen mala gestión, comisiones altísimas y asesoría que deja que desear.

Desde bancas privadas españolas han notificado aspectos como que algunas entidades suizas de segunda fila (boutiques principalmente) no tenían habilitado el mecanismo de traspaso de fondos implementado en España, ya que no precisaban de él: al ser Suiza un territorio opaco, el reembolso de un fondo carecía de importancia, ya que se realizaba totalmente de espaldas a Hacienda.

Con el mecanismo de traspaso, se puede mover el dinero de un fondo a otro, sin pasar por el fisco. 

La obligatorierad de declaración de bienes en el extranjero es otro factor que está llevando a las entidades a aconsejar a los inversores a repatriar el dinero. “Esa obligación, que es una medida sin precedentes, se ha establecido con alguna finalidad”, comentan desde la práctica totalidad de bancos privados y ha levantado muchas críticas desde muchos flancos.

De esta manera, la amnistía ha aflorado más de 60.000 millones de euros (la cifra final todavía no está definida), algo que el ministro Cristóbal Montoro insiste en repetir una y otra vez, ya que cree que no se ha ponderado debidamente. Pero, además, hay un proceso de repatriación, que se puede comprobar, por ejemplo, en el registro de casi 70 sicavs en la primera mitad del año. A esto, habría que sumarle mandatos de fondos, carteras discrecionales, depósitos… Un proceso que no ha terminado y al que le quedan todavía muchos episodios.

También lo demuestran los deseos de crecimiento que han mostrado en los últimos tiempos las entidades de banca privada suiza y andorrana por crecer en España, fruto de la necesidad de trabajar en origen con los españoles que marchan de ahí. 

El dinero, por tanto, está 'condenado' a regresar. Buenas noticias para España, evidentemente. 

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