Muy lentamente, el grifo del crédito hipotecario se está abriendo. Lo está haciendo en sintonía con la recuperación económica y, claro está, para clientes con altos niveles de solvencia. El pinchazo inmobiliario está aún muy reciente en la memoria de los banqueros. Los préstamos para la compra de vivienda crecerán en 2014. Romperá así con seis años de severa contracción en los que la compraventa de viviendas se ha hundido hasta niveles previos al boom inmobiliario.
La financiación para vivienda alcanzó en septiembre los 1.853 millones de euros, lo que supone un 30,7% más que en el mismo mes del año pasado, según los datos adelantados del Banco de España. Desde enero, el crédito hipotecario acumulado asciende a 18.892 millones, frente a los 15.892 millones del 2013, es decir, un 18,9% más. De esta forma, la tendencia creciente hará que al cierre del ejercicio superará los 21.854 millones de 2013, la cifra más baja de toda la serie histórica (desde 2003).
En todo caso, el nivel de los nuevos préstamos hipotecarios está aún lejísimos del que había en la época del boom inmobiliario y de los primeros años de la crisis. El máximo se alcanzó en 2006, cuando se concedieron créditos por 170.298 millones. Fue el último año en que esta cifra creció. Desde entonces, la caída ha sido vertiginosa: 145.298 millones en 2007; 87.093 millones en 2008; 73.154 millones en 2009; 69.478 millones en 2010; 37.502 millones en 2011; 32.277 millones en 2012; y los citados 21.854 millones en 2013.
El nivel de los préstamos hipotecarios está aún lejísimos del que había en la época del boom inmobiliario y de los primeros años de la crisis.
De continuar el ritmo de crecimiento acumulado en el último trimestre, el crédito para la adquisición de vivienda se aproximará a los 26.000 millones de euros en el conjunto de 2014. La reforma fiscal que entrará en vigor el 1 de enero hace prever, asimismo, que la compraventa de viviendas, sobre todo de segunda mano, se acelerará en los últimos compases del año.
El incremento del crédito hipotecario ha tenido, lógicamente, su reflejo en el número de transacciones, que durante cinco meses, entre marzo y julio, han encadenado cinco meses al alza. En agosto, esta racha se cortó. Con todo, no ha sido suficiente para que la compraventa de viviendas registre tasas positivas. Entre enero y agosto, las 214.699 operaciones cerradas, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), suponen un descenso del 3% respecto al mismo periodo del año pasado. Como ocurre con la financiación, esta cifra también está alejadísima de los máximos de 2006, cuando se realizaron alrededor de 840.000 transacciones.
En esta contención de la caídas, destacan las operaciones sobre viviendas de segunda mano, fruto de las ventajas fiscales de vender antes de 2015, que han subido un 10,6% en los ocho primeros meses. Contrasta con el comportamiento de la compraventa de viviendas nuevas, que ha caído un 14,9% entre enero y agosto.
La mayoría de los préstamos, equivalentes a 12.534 millones de euros, están vinculados a un tipo revisable en menos de un año. Mientras, 5.836 millones lo están entre uno y cinco años; 363 millones, entre cinco y 10 años; y 162 millones a más de 10 años.
El incremento del crédito nuevo para vivienda, sin embargo, sigue siendo inferior a los vencimientos, lo que provoca que los saldos vivos de préstamo hipotecario continúen reduciéndose. De esta forma, la cifra total se situó en septiembre en 585.882 millones de euros, lo que representa un 3,5% menos que los 607.122 millones que se registraba hace un año.
En 2014, salvo sorpresa, el saldo vivo volverá a caer. Lo hará por cuarto año consecutivo. Fue en 2010 el último ejercicio en el que creció, hasta los 656.854 millones, el máximo de siempre. Los 585.882 millones actuales, no obstante, superan los niveles que había en 2006, 549.960 millones, 2005, 450.135 millones, 2004, 335.127 millones, y 2003, 277.170 millones, de acuerdo con los datos del Banco de España.
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