Las diferentes cartas con artefactos explosivos enviadas estos días han desatado una crisis interna en Correos, toda vez que estos envíos habrían tenido que pasar sus controles de seguridad. Dos días después de hacerse público el primer caso, relacionado con una carta bomba enviada al embajador de Ucrania, los sindicatos de Correos no han recibido ninguna información por parte de la compañía, que se encuentra oficialmente "colaborando con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad".
Este mismo jueves, CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios en la empresa, han enviado una carta al presidente de la compañía, Juan Manuel Serrano, exigiendo información clara sobre los envíos de cartas con explosivos, alegando que representan "un riesgo real para la seguridad de los destinatarios y para los trabajadores de Correos que tienen que manipularlos".
"Como comprenderá, y recordando los episodios vividos en Correos en la primavera de 2021, en el que llegaron a circular por nuestra red envíos amenazantes conteniendo munición o navajas destinados a personalidades políticas, no podemos dejar de solicitar que se nos traslade toda la información disponible sobre este nuevo caso, que entendemos incluso más grave al representar un riesgo real", se lee en la carta dirigida al presidente, que ha sido consultada por Vozpópuli.
Sobre estos episodios de mayo, los sindicatos insisten: "Le recordamos que en 2022 se nos afirmó que el 100% de los envíos sospechosos o de más de 100 gramos se escaneaban, por lo que se insistió en negar una brecha de seguridad. En aquel momento también denunciamos que en los centros de trabajo de la filial Correos Express no se disponía del sistema detector de envíos peligrosos, y a fecha de hoy, siguen sin disponer de sistema de seguridad alguno", le reprochan.
Correos alega razones de confidencialidad
En la misiva, los representantes de los trabajadores solicitan además información sobre "las medidas de seguridad adicionales que se hayan adoptado, para localizar la existencia de otros envíos similares que puedan haber sido enviados y no haber sido localizados". También este jueves, en un mensaje interno enviado a oficinas y carterías, Correos solicitaba a los empleados "máxima colaboración y precaución" ante la posibilidad de dar con más de estas cartas, reconociendo que las anteriores han sido enviadas "a través de los servicios de Correos".
CCOO y UGT reseñan que deben conocer las medidas implementadas: "Siendo conscientes de que es imposible prever o evitar totalmente las aviesas intenciones de los criminales que promueven este tipo de actuaciones terroristas, también lo somos de que hay que poner todos los medios para evitar cualquier brecha de seguridad que ponga en riesgo la vida de los miles de trabajadores en la cadena de admisión, tratamiento y reparto, así como de los ciudadanos a los que prestamos el servicio público postal", e insisten: "Requerimos que se nos facilite toda la información que la empresa está legalmente obligada a darnos".
Desde Correos, la posición oficial es que se está colaborando con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la investigación que se está llevando a cabo. "Toda la información de la que dispone la compañía se está poniendo a disposición de dicha investigación", apuntan fuentes oficiales de la empresa. "Obviamente, no podemos facilitar detalles de los protocolos que se siguen por razones de seguridad y por confidencialidad de la investigación que se está llevando a cabo", apostillan.
Este jueves, el Ministerio del Interior ha reconocido que no descarta que se puedan producir episodios violentos, por lo que ha dado orden de reforzar la seguridad en embajadas, centros consulares y otras infraestructuras críticas. Al cierre de este artículo, las cartas interceptadas ascendían a seis.
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