El ministro Cristóbal Montoro ya ha puesto el techo de su reforma fiscal. La parte del león de la rebaja de IRPF se concentrará en las rentas que se sitúen por debajo del entorno de los 30.000 euros, según confirman fuentes cercanas al Ejecutivo.
El propio presidente Rajoy ha afirmado que quienes ganen 12.000 euros no pagarán IRPF y que la reducción de impuestos llegará a todos los contribuyentes. Pero Montoro siempre ha insistido en que primero volcará el grueso de sus esfuerzos con las rentas más bajas. La idea que baraja el Ejecutivo consiste en que la recuperación cobrará impulso durante el segundo y el tercer trimestre, y que ello les brindará más margen para poder llevar a cabo un recorte de impuestos incluso mayor.
De modo que el tope de los 30.000 todavía puede variar a la espera de las cifras de recaudación hasta abril, que por lo general se consideran una buena muestra de la evolución de los ingresos para todo el año. Por el momento, parece claro que la rebaja se hará de forma decreciente conforme se eleve la renta, e incluso se contempla la manera de entregar alguna suerte de subsidio a través del impuesto para los que ganen demasiado poco, sobre todo en el caso de familias con descendientes o ascendientes a cargo: los llamados impuestos negativos.
Y todo ello se tendrá que compensar con alzas del tipo efectivo de Sociedades, del IVA en gafas, lentillas y material médico, de Especiales y de verdes, como por ejemplo aquellos que gravarían en el impuesto de circulación-matriculación el grado de contaminación de un automóvil o un mayor recargo al gasoil.
¿Y el visto bueno de Europa?
Sin embargo, puede que eso no baste para la Comisión Europea, que prefiere que se bajen cotizaciones y que éstas se compensen con impuestos indirectos, en especial con más IVA, tal y como se recogió en el análisis de desequilibrios económicos de España, el cual servirá de base para las recomendaciones tantas veces impuestas por el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno Europeos.
Aunque se le ha concedido a España un cierto periodo de gracia debido a las elecciones europeas y al cambio de Ejecutivo comunitario, los técnicos de Bruselas quieren ver en el próximo Plan Nacional de Reformas publicado este mes un conjunto de medidas que supongan un aumento de la recaudación en el 2015, año en el que además de celebrarse elecciones habrá que reducir el déficit en 16.000 millones. “La reforma fiscal ha de reportar mayores ingresos”, explica una fuente del ámbito de Bruselas.
Bruselas propone que se recorten las cotizaciones de las rentas más bajas, precisamente aquellas cuyo empleo es más sensible al precio del factor trabajo
Y en la Comisión tienen además muy claro cómo les gustaría que se hiciese, dado el brutal problema de paro que padecemos. En su opinión, hay que acelerar la creación de empleo, y para ello lo mejor es acometer una rebaja de cotizaciones que abaratará el factor trabajo y, por lo tanto, favorecerá la contratación y la competitividad.
De hecho, a Montoro no le falta experiencia en este tipo de situaciones. Ya cuando tomaron el testigo de la economía del Gobierno socialista allá por el año 1996, los populares se vieron en la necesidad de crear empleo en masa y rápido para apuntalar la recuperación. Y se apostó descaradamente por la construcción. Pero esta vez no hay motor específico que valga. Y una rebaja generalizada de cotizaciones podría ayudar a generar puestos de trabajo en todos los sectores.
Aunque en este aspecto Bruselas también matiza sus posiciones: el empleo de salarios altos es menos sensible al precio del trabajo. Es decir, cuando al empresario le resulta imprescindible contratar a un trabajador con determinada formación o perfil, entonces el sueldo reviste menor importancia. En cambio, el empleo de aquellos que cobran poco sí que está mucho más influido por el precio del factor trabajo, de forma que merece la pena en un momento de urgencia nacional recortar las cotizaciones de las retribuciones más bajas para animar la contratación. Esto a su vez mejoraría la competitividad, elevaría el consumo y contribuiría al crecimiento del PIB.
IRPF contra cotizaciones
Sin embargo, Montoro tiene elecciones de por medio, y el IRPF se nota mucho más en el bolsillo que las cotizaciones. Además, España todavía presenta un modelo económico muy basado en la demanda interna, y al rebajar el IRPF a las rentas bajas se fomenta todavía más el consumo. No en vano, este mismo debate también se dio en el seno de la comisión de expertos de la reforma fiscal. Y Montoro siempre puede alegar que en esta línea se ha creado una tarifa plana de cotizaciones.
El ministro tampoco quiere subir más el IVA tal y como le insta la Comisión, porque cree que puede ocasionar más fraude y porque considera que se ha subido lo suficiente como para generar un importante incremento de los ingresos una vez se asiente la recuperación.
Así que el titular de Hacienda tiene por delante varios meses en los que, con la mediación de Guindos, habrá de defender su propuesta ante Europa. Una vez que se haya presentado el mencionado Plan Nacional de Reformas durante la segunda quincena de este mes, la Comisión emitirá un dictamen al respecto en junio, que luego se trasladará al Consejo Europeo, donde finalmente se discutirán, negociarán e impondrán o no las recomendaciones del Ejecutivo comunitario.
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