Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal: abogadas del Estado, compañeras de partido… y rivales dentro y fuera de la política. Las dos han ocupado importantes altos cargos en el PP, se postularon sin éxito para suceder a Mariano Rajoy y han terminado retiradas de la arena política para encontrar acomodo en el sector privado. En concreto, en dos importantes despachos de abogados en los que de alguna forma volverán a competir.
La primera en dar el paso al sector privado fue la exvicepresidenta del Gobierno. Tras estudiar varias ofertas, Sáenz de Santamaría aceptó la propuesta de Cuatrecasas, el segundo despacho más grande de España, para unirse en calidad de socia y miembro del consejo de administración de la firma. Las negociaciones se llevaron con total discreción y muchos socios se enteraron del fichaje el mismo día que se anunció.
Santamaría, que también recibió la llamada de Javier Cremades, lleva ya casi un año en las filas del bufete como máxima responsable del área de 'corporate governance' (gobierno corporativo) y también ha hecho algunas intervenciones públicas, siempre de perfil técnico.
Cospedal
Su 'enemiga íntima', Dolores de Cospedal, ha oficializado esta semana el mismo camino tras un fallido intento con otra firma internacional. CMS Albiñana & Suárez de Lezo, otro importante despacho, anunciaba el pasado jueves su incorporación como socia del área de procesal y arbitraje, departamento que está (y seguirá estando) liderado por Carlos Aguilar.
La firma, dirigida por César Albiñana, cuenta con otros abogados del Estado en nómina como Ignacio Grangel, Juan José Zabala y José Sánchez, además del propio Albiñana, lo que acredita el interés de esta firma por este cuerpo de profesionales. Cospedal también se reencontrará con un viejo conocido, Ignacio Astarloa, counsel del despacho y expolítico del PP. Para gestionar su entrada, Cospedal ha contado con la ayuda de una firma de 'headhunting'.
Además de unas agendas llenas de contactos que deberían resultar útiles, desde el sector recuerdan que Cospedal y Santamaría tienen el rango de socias, por lo que tienen unos objetivos de facturación que deben cumplir año a año para mantener unas retribuciones que superan las seis cifras.
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