El Parlamento que salga de las urnas el próximo 26 de mayo y que celebrará su primera sesión plenaria el 2 de julio, deberá acometer distintas reformas y retos que no han podido cerrarse durante la octava legislatura que acaba de terminar. Una de las más importantes y complicadas de llevar a cabo es culminar la unión bancaria para evitar futuras crisis financieras como la de 2008.
El pasado mes de diciembre, los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) dieron un paso más hacia el refuerzo de la unión bancaria con un fondo de emergencias, pero se aparcó el debate de la creación del fondo único de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés).
Dicho proyecto busca proteger los depósitos de hasta 100.000 euros de cualquier entidad de la zona euro. En caso de que un banco sufra problemas, este organismo respondería por él, independientemente de que sea una entidad alemana, griega, española o finlandesa.
A nivel nacional ya existen programas que garantizan que los depósitos hasta 100.000 euros estén siempre protegidos (se estableció en una directiva en 2014 que los países han tenido que implementar). Pero el EDIS supondría dar un paso más porque sería común para toda la zona euro, sin depender de esquemas locales, con lo que reforzaría la confianza en el sector bancario.
El BCE es el supervisor pero no tiene en su mandato luchar contra blanqueo de dinero, que es básicamente una tarea que los legisladores prefirieron mantener en manos nacionales
El ministerio de Economía español, cuando estuvo liderado por Román Escolano, planteó un fondo de depósito a dos velocidades. Es decir, que los países pudieran acceder al fondo europeo de garantía de manera escalonada, una vez que hayan saneado su sistema financiero y reducido el nivel de riesgos a los que se exponen las entidades financieras.
Otro tema que tiene que estar en la mesa de los parlamentarios es la creación de una agencia que facilite el intercambio de información en temas de blanqueo de capitales. El BCE es el supervisor pero no tiene en su mandato luchar contra blanqueo de dinero, que es básicamente una tarea que los legisladores prefirieron mantener en manos nacionales. Este organismo facilitaría el intercambio de información entre países y sería más fácil imponer sanciones e incluso quitar licencias, potestad del Banco Central Europeo.
También sería bueno y positivo un activo financiero seguro que fuera común a todos los países, como ya se ha hablado en varias ocasiones. Sería un producto más parecido a un bono que a un depósito y su adquisición estaría ultralimitada a ciertos organismos y bajo medidas estrictas.
Otras tareas pendientes
Para empezar a andar, Europa tiene que diseñar un Presupuesto y es algo que genera controversia entre los Estados, ya que algunos como España o Francia consideran que debería contar con herramientas adicionales para poder utilizarlas en caso de que a algún país le golpee una crisis, como un seguro de desempleo europeo.
"No podemos quedarnos tranquilos, o decir que cualquier cosa que se llame presupuesto de la zona euro ya consigue el objetivo. Se trata de crear un verdadero pilar fiscal, con una capacidad de estabilización y de convergencia a través del ciclo para todos los miembros de la eurozona", advertía esta semana la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, a su llegada a la reunión de ministros de Economía y Finanzas del euro (Eurogrupo).
Calviño reconoce que es pronto para decir si España vetará el presupuesto europeo, pero insiste en que seguirá defendiendo su posición y exigirá que se incorpore esa función estabilizadora.
También hay tareas pendientes a nivel fiscal, como debatir la posibilidad de aplicar una 'tasa Google' a nivel comunitario o armonizar el régimen del IVA. Sin embargo, dada la dificultad de tomar decisiones en materia fiscal por unanimidad, una de las derivadas que va a debatir el Parlamento es precisamente la posibilidad de que la unanimidad deje de ser un requisito para aprobar medidas fiscales.
Reformar la unión monetaria
Deberán abordar además la reforma de la unión monetaria, que consiste en transformar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) -que cuenta con un fondo de rescate de 750.000 millones de euros para funcionar como "último reaseguro para la liquidación conjunta de bancos quebrados de la zona euro"- en un Fondo Monetario Europeo que tenga más responsabilidades y competencias dentro de la legislación comunitaria.
El Parlamento Europeo debe armonizar también los criterios de asilo de la Unión Europea para poder resolver la crisis migratoria. Para ello, debatirá "unos estándares conjuntos para la solicitud de asilo en todos los Estados Miembros" y los criterios para conceder la Tarjeta Azul, una autorización de residencia y trabajo para extranjeros altamente cualificados.
El cambio de hora es otra de las tareas pendientes de la UE, ya que sus países deberán decidir si terminan o no con el cambio de hora estacional y si mantienen el horario de invierno o de verano a partir de 2021.
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