La inauguración oficial de la Cumbre del Clima de Madrid fue una de esas citas en las que si uno no está, es que no es nadie. En realidad, hay encuentros de este tipo cada cierto tiempo, pero pocos tan singulares. No todos los días puede apreciarse la estampa de los principales líderes de los partidos políticos juntos, en un lugar que no sea el Congreso de los Diputados. Y mucho menos, en algo que tenga que ver con la lucha contra el cambio climático.
Uno de los atractivos de la mañana era la mezcla con parte de lo más granado del empresariado patrio, en especial de aquellas compañías más involucradas con la transición energética. Un denominador común fue que la mayoría de ellos optó por intercambiar palabras con el diputado por Ciudadanos Marcos de Quinto que, al fin y al cabo, era "de los suyos" hasta no hace mucho tiempo.
Así lo hizo el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, nada más aterrizar en el pabellón número 10 de Ifema, donde aguardaban todos aquellos que iban a asistir como público a la apertura de la Cumbre. Fue de los más puntuales (más de media hora de antelación sobre el horario previsto para el inicio del acto), con lo que también tuvo tiempo de departir con José Casas, director de Regulación y Medio Ambiente de Endesa, que a su vez ya se había interesado por lo que tuviera que decirle De Quinto. Una improvisada tertulia a la que se incorporaría después Gonzalo Sáenz de Miera, responsable de Cambio Climático de Iberdrola.
Mucho antes que todos ellos se pudo ver por los alrededores de la sala habilitada para la apertura a José Domínguez Abascal, secretario de Estado de Energía, número 2 del Ministerio de Transición Ecológica, a la sazón, el "culpable" de todo esto. Por todos los alrededores, porque el ex de Abengoa no paraba un minuto. Dada la premura de tiempo para organizar un evento de esta talla, lo más probable es que aún estuviera ultimando detalles. Muy significativa fue la expresión que utilizó cuando una de las incontables personas que le saludaron le preguntó por la Cumbre: "Por lo menos hemos conseguido arrancar… que no es nada trivial".
Pablo Casado, a la carrera
El punto opuesto lo puso el líder del Partido Popular, Pablo Casado, que llegó literalmente a la carrera, cuando desde el interior de la sala ya se escuchaba por megafonía la petición a los presentes de tomar asiento para iniciar el acto. Casado era perseguido por una reportera, con el micro en la mano y lengua fuera, incapaz de alcanzar al dirigente popular que, eso sí, no abandonaba su sonrisa de anuncio de dentífrico. No mucho antes había comparecido la última presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que hizo cola, como todo el mundo, para dar ejemplo.
Más previsores fueron incluso los de Vox, con Iván Espinosa de los Monteros a la cabeza y, por supuesto, Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, junto a Íñigo López de Uralde, a quien llegaron a situar en algunas quinielas al frente del Ministerio de Transición Ecológica o, al menos, de secretario de Estado. Por el momento, no se le ha puesto cara ni de una cosa ni de la otra.
Por cierto, la atracción que para los empresarios suponía la presencia de Marcos de Quinto era complementada con la de Inés Arrimadas, quien no se separaba del nuevo responsable económico de su partido. A Arrimadas le preguntaban más por la situación de la formación naranja, tras la dimisión de Albert Rivera como presidente, y por su embarazo.
A lo primero respondía con lo de la gestora y el congreso en marzo, como si aquello no terminara de creerse dada la lejanía de la fecha y lo candente del panorama político; a lo segundo, la contestación irradiaba optimismo aunque, eso sí, también destacaba que, por ahora, el más notable efecto del estado de buena esperanza es una profunda y continua sensación de sueño.
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